Astana finge normalidad

El conjunto Astana aparenta normalidad estos días, como si nada ocurriera. Las declaraciones de sus máximos responsables van en esa línea, a pesar de que su situación es muy delicada. Tras la auditoría independiente que encargó la UCI al Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad de Lausana (ISSUL, el máximo organismo internacional ha solicitado a su Comisión de Licencias que retire al conjunto kazajo su licencia World Tour, lo que, sobre todo a tenor del motivo de la decisión, dejaría sin duda a Astana, equipo donde milita el ganador del pasado Tour de Francia, Vincenzo Nibali, fuera de las grandes citas del pelotón internacional. 

Según una información publicada ayer por el diario francés L´Equipe, generalmente bien informado, la Comisión de Licencias de la UCI ha dado de plazo a Astana hasta dos días antes de la disputa de la Milán-San Remo, primer monumento de la temporada que se corre el 22 de marzo, para dar toda la información de la que disponga para aclarar las sospechas que se ciernen sobre él. Lo tiene complicado Astana porque no sólo hablamos de los cinco positivos en su escuadra (sumando el equipo de la máxima categoría con el continental) sino también de la posible vinculación de algunos de sus corredores con una trama de dopaje que investiga la Justicia italiana en la que está implicado el siniestro doctor Ferrari. 

Como leemos en la web Ciclo 21, la última estrategia de Astana para lavar su muy tocada iamgen pública ha sido una entrevista elaborada por la propia escuadra con su director médico. Joos de Maeseneer explica en esa entrevista su metodología de trabajo y desecha cualquier sombra de duda sobre la limpieza de los métodos empleados. Lo hace recurriendo a varios clásicos como, por supuesto, el número de controles a los que se someten sus ciclistas. “Si se suma la cantidad total de los análisis de sangre que hacemos en un año, diría que los mejores corredores no pasan menos de 50 veces por año. Nibali pasó cuatro controles en el pasado Tour en 24 horas y llevó el maillot amarillo durante 18 días", afirma. 

Pero lo cierto es que dentro de su equipo se produjeron positivos, los dos de los hermanos Iglinsky. El doctor responde a este hecho que “las cosas malas suceden, y los idiotas existen en todo el mundo, incluso en bicicleta. Dos idiotas que violaron las normas sobre sí mismos quedaron atrapados, y el sistema los atrapa. Éso significa que el sistema funciona". Ese mismo sistema es el que ha dado a Astana dos semanas de plazo para no perder su licencia World Tour. 

Todo en las declaraciones públicas del equipo kazajo va destinado a aparentar una normalidad que difícilmente será real, pues es mucho lo que se juega el equipo y son muy serias las acusaciones contra él. Ahora, la Comisión de Licencias se reunirá con la UCI, que defenderá sus argumentos y los del informe independiente, y a representantes de Astana antes de tomar ninguna decisión. En esos 15 días de plazo deliberará sobre qué decisión tomar, pero incluso aunque decida retirar la licencia al equipo kazajo puede que este no sea el final de la historia, pues Astana puede recurrir al TAS y ya existen antecedentes, en concreto del Kathusa hace un par de años, de equipos a los que este organismo ha dado la razón en contra de la Comisión de Licencias de la UCI. Eso abriría un proceso de incertidumbre. 

Si Astana pierde la licencia World Tour es evidente que no sólo no correrá por derecho en las grandes carreras del pelotón internacional, sino también que no recibirá ninguna invitación. Con el clima de severidad y tolerancia cero contra el dopaje que impera en el ciclismo, ¿qué organizador va a invitar a correr a un equipo señalado por la UCI precisamente por prácticas nada ejemplares? Quienes quedan en una situación de desamparado en este caso son sus corredores, incluidos Vincenzo Nibali ganador del Tour de Francia el año pasado, y Fabio Aru, podio del Giro de Italia y uno de los corredores jóvenes más prometedores del pelotón, así como los españoles Luis León Sánchez y Mikel Landa. En dos semanas se conocerá la decisión de la Comisión de Licencias de la UCI sobre este asunto que, irremediablemente, está enturbiando el comienzo de temporada. 

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