Etixx, gloria e infortunio

Muy extrañas deben de ser hoy las sensaciones en el Etixx-Quick Step. El equipo belga celebra hoy un nuevo triunfo de etapa gracias a un sensacional demarraje de Zdenek Stybar. Al tiempo que el corredor checo alzaba los brazos en señal de triunfo, su jefe de filas y líder de la carrera, Tony Martin, se ponía en pie y reanudaba la marcha con muchas dificultades y ayudado por sus compañeros tras sufrir una caída en el repecho final. Gloria e infortunio, alegría y penuria, celebración y temor, festejo e inquietud, comedia y drama. La vida misma. El equipo belga celebrará hoy el triunfo de Stybar, pero a la vez estará inquieto por la caída de Martin, cuyas consecuencias están por ver, ya que no podía apoyar su brazo derecho en el manillar y no está nada claro que pueda seguir en la carrera. Si se ve obligado a retirarse (parece que el amarillo tiene una maldición este año, primero Cancellara y luego Martin), Chris Froome volvería a vestirse de amarillo. 

El desenlace de la etapa ha sido accidentado por esa caída provocada por el propio Martin, que se ha desestabilizado y ha arrastrado tras de sí a otros dos grandes del pelotón, Vincenzo Nibali y Nairo Quintana. Los dos han ido al suelo, pero al producirse la caída dentro de los tres últimos kilómetros, no han perdido tiempo. Parece que el italiano del Astana y el colombiano del Movistar no han sufrido daños importantes. Tampoco Valverde, que se cayó antes. Chapa y pintura, parece. 

Infortunios al margen, todos los aspirantes a ganar la etapa han luchado con denuedo por posicionarse al frente del gran grupo en la subida final, un exigente repecho de algo más de un kilómetro que se ha coronado a 500 metros de la línea de meta. El más astuto ha sido Stybar. El clasicómano del Etixx-Quick Step ha atacado en solitario ante las dudas en el pelotón. Cuando quien ataca es tan potente como Stybar y se mueve con tanta convicción, el parón en el grupo perseguidor, ese escurrir el bulto y esperar que sea otro el que haga el trabajo para cazar al fugado, es un error imperdonable e irreversible. 

Ni Sagan, que hoy ha sumado su decimocuarto segundo puesto en el Tour de Francia; ni John Degenkolb, otro de los grandes favoritos para el triunfo parcial hoy que además ha estado muy bien acompañado por sus compañeros; ni ninguno de los otros grandes corredores que han aguantado en cabeza la ascensión final reaccionaron ante el ataque de Stybar. Y ahí terminó la etapa. No les iba a dar el checo la menor opción. Se les pasó el caballo. Stybar añade a su palmarés un triunfo el el Tour y le da a su equipo la segunda victoria parcial en esta edición de la ronda gala. La cara de la moneda. La cruz, la más que posible retirada de Martin.

Antes del duelo en la subida final, la etapa ha sido más bien tranquila, como muestra el hecho de que haya terminado con 20 minutos de retraso sobre el horario previsto. Necesitaban los corredores una tregua tras la enorme tensión de las cinco etapas precedentes. Tres ciclistas han compuesto la escapada del día. Poco se habla de los fugados a pesar de que son los grandes animadores de etapas como la de hoy. El corredor eritreo del MTN-Qhubeka Teklehaimanot, se lleva como premio a su presencia en la fuga el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña. El premio, al menos, del reconocimiento a su esfuerzo, se merece Quemeneur, corredor del Europcar que suma con esta, si no me fallan las cuentas, ya tres fugas en lo que va de Tour. El equipo francés pierde a su gran patrocinador este año y los corredores luchan por dejarse ver. También Thomas Voeckler, siempre peculiar, que atacó durante unos pocos kilómetros en la madre final pese a llevar a un compañero delante. El tercer componente de la fuga del día ha sido el belga del Cofidis Van Bilsen, que es quien más ha resistido al frente de la carrera. Los ciclistas del equipo galo, que ha perdido a Nacer Bouhanni, se están volcando por reconducir su marcha en el Tour. 

Mañana, en principio, se vivirá una etapa propicia para el sprint, la séptima jornada de la ronda gala. Una carrera, por cierto, que es siempre escenario de negociaciones entre corredores que cumplen contrato, equipos que buscan patrocinador... Se habla mucho estos días de futuros fichajes y varios medios han publicado hoy que Mikel Landa descarta seguir en Astana (algo que parecía descontado visto cómo acabó el Giro). El corredor vasco tiene dos grandes ofertas entre las que ahora se debate: el Movistar y el Sky. Cualquiera de las dos opciones parece a la altura del talento del tercer clasificado del Giro de este año. 

Comentarios