Plaza vuelve a la victoria dos años después

A veces el ciclismo premia a los profesionales con experiencia al servicio de sus jefes de filas. En ocasiones, los eternos gregarios, los corredores dedicados a trabajar en favor de sus líderes, cuentan con oportunidades de lucimiento personal. Sucede generalmente cuando el líder de su equipo se retira de la carrera o pierde todas sus opciones. Es entonces cuando los corredores supeditados a las estrellas reciben el visto bueno para moverse y disfrutan de libertad de movimientos. En esos casos, la alegría en el pelotón es prácticamente unánime, al margen de los intereses personales de cada cual, porque todo el mundo sabe lo difícil que le resulta a ciertos ciclistas luchar por un triunfo tan prestigioso como una etapa en la mayor carrera del mundo. Así sucede con el triunfo de etapa de Rubén Plaza, que se ha impuesto en la jornada de hoy en el Tour de Francia. El corredor español alzó los brazos por última vez en la Vuelta a Castilla y León de 2013. 35 años, profesional desde 2001, gregario de grandes líderes, con dos campeonatos de España en ruta como sus victorias más destacadas hasta ahora, este triunfo en la ronda gala es el mejor momento de su vida "encima de una bicicleta", tal y como ha declarado tras cruzar victorioso la línea de meta. 

Plaza ha sido el más inteligente del grupo de escapados. Puede que no el más fuerte, título que posiblemente le corresponde a un inconmensurable Peter Sagan que se ha vuelto a meter en la fuga y que ha sido otra vez (van 16 seguidas) segundo. Era un grupo numeroso y que contaba con el beneplácito del gran grupo, precisamente porque todos los equipos que aspiran a ganar una etapa en esta carrera estaban representados en la fuga y porque a las escuadras de los favoritos no les inquietaba  ninguno de los componentes de la escapada. Una vez estaba claro que la victoria se disputaría entre los escapados , empezaron a sucederse los ataques. Quien primero lo probó en la ascensión al Col de Manse fue Adam Hansen, otro de esos ciclistas que no ganan grandes carreras, pero que se han ganado con su profesionalidad el respeto del pelotón. El corredor del Lotto-Saudal llega ya once grandes vueltas seguidas finalizadas. Desde la Vuelta Ciclista a España 2011 ha comenzado y acabado todas las carreras de tres semanas.

Neutralizado Hansen, atacó Plaza. Y ya nadie le echó el guante, porque todos los perseguidores miraban a Sagan, acostumbrado a que le dejen a él toda la responsabilidad en los momentos difíciles, que para algo es el más fuerte y también quien con más ansia lleva persiguiendo la victoria en la ronda gala. Puede que esta asombrosa sucesión de segundos puestos sea una maldición que persigue al joven corredor eslovaco, pero otra no menor, paradójicamente, es su impresionante estado de forma. No deja ni un solo sprint intermedio sin disputar, hoy ha vuelto a meterse en la escapada, otra vez, ayer luchó en la llegada masiva tras formar parte de la fuga... Si la carrera sigue como hasta ahora, sin duda se recordará el Tour de Sagan por todas las veces que ha rozado la victoria, pero el corredor del Tinkoff-Saxo está firmando una carrera espectacular. Su última perla es el descenso kamikaze al Col de Manse en persecución de Rubén Plaza, que, aunque no le ha servido para dar caza al ciclista español, sí es ya sin duda uno de los mejores momentos de esta edición de la Grande Boucle, toda una lección de pericia sobre la bicicleta y osadía que se acerca a la locura para apurar cada centímetro de la carretera. Si no habéis visto la etapa, no dejéis de buscar el vídeo de los kilómetros finales. 

Ese descenso a tumba abierta de Sagan en un descenso que irremediablemente nos trae tristes recuerdos (fue aquí donde Joseba Beloki sufrió la gravísima caída que le apartó del Tour 2003 y marcó un punto de inflexión en su carrera), añade más grandeza a la victoria de Rubén Plaza. Los triunfos se miden en relación al valor de los rivales contra los que se consigue y, visto el prodigioso descenso de Sagan, tiene un mérito inmenso que el corredor del Lampre-Mérida haya logrado mantener la cabeza de la carrera y ganar la etapa, su victoria más grande que, además, salva la carrera para su equipo, que andaba descabezado y perdido ante la retirada de Rui Costa, su líder. 

Plaza dio el salto a los profesionales con el iBanesto.com, que es como se llamaba en 2001 la estructura de Eusebio Unzué. Pasó después al Kelme-Comunidad Valenciana, para correr después una temporada en el Benfica portugués (2008) y en el Liberty Seguros. En 2010 volvió al equipo que ahora patrocina el Movistar y esta temporada debuta con el Lampre-Merida. Una lesión en el menisco que a punto estuvo de truncar su carrera deportiva durante unos años y su implicación en la Operación Puerto, razón de su fugaz exilio en Portugal, han sido los dos mayores obstáculos a la trayectoria deportiva de un obrero del pelotón, de los de pico y pala, que ha encontrado hoy, con 35 años, su más brillante victoria

El vencedor de la etapa llegó a meta 17 minutos antes que los favoritos, por lo que tras festejar su victoria aún quedaba una segunda etapa, las posibles luchas entre los aspirantes a desbancar a Froome del trono y su equipo. No ha habido lugar. Escasos movimientos en una jornada negativa para Sky por la retirada de Peter Kennaugh y porque Geraint Thomas, inconmensurable gregario de Froome y cuarto en la general, se ha ido al suelo arrollado por Warren Barguill en el descenso de Manse. La pérdida de un efectivo y el infortunio de otro, que afortunadamente logró volver a coger la bicicleta y entrar en meta a escasos segundos de su líder, han sido las peores noticias para el conjunto britano. Está por ver cómo evoluciona Thomas, a quien el casco ha salvado de lamentar consecuencias más serias, ya que ha chocado con la cabeza frente a un poste. 

La general no ha sufrido una gran transformación, tampoco es algo que se esperara, ciertamente, aunque sí lo han vuelto a probar dos corredores cuyo inconformismo y valentía están ya sobradamente acreditados y a los que las fuerzas no acompañan en este Tour, pese a lo cual auguran más batalla en la semana final: Alberto Contador y Vincenzo Nibali. Al corredor español no le dejó marchar Froome, que recuerda bien sus duelos con el ciclista del Tinkoff-Saxo y no se fía a pesar de que le saca cuatro minutos en la general, pero no saltó a por el italiano, que se encuentra a un mundo ya y sin opciones, salvo heroicidad desde lejos en las venideras etapas alpinas, de revalidar su primer puesto en París. El corredor del Astana vio recompensado su esfuerzo con 20" en meta sobre el resto de aspirantes, que llegaron de la mano en esta última etapa antes de la segunda jornada de descanso que sirve como antesala de la temible sucesión de puertos alpinos donde se decidirá la carrera a partir del miércoles


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