Caja Rural despide a Alberto Gallego tras su positivo

Pésima noticia para comenzar el año ciclista. Alberto Gallego, flamante fichaje del Caja Rural-Seguros RGA para este temporada, dio positivo por un anabolizante el 3 de enero. El corredor, procedente del Radio Popular portugués, no había llegado a debutar con el conjunto continental español, que reaccionó a la noticia de forma fulminante, despidiendo al joven ciclista.  "La decisión se toma de acuerdo con lo establecido en la normativa vigente y en cumplimiento del régimen interno del equipo. El corredor se incorporó a la disciplina del equipo el día 1 de enero de 2016 y no ha participado en ninguna prueba del calendario de la temporada 2016", explica el equipo navarro en un comunicado de prensa. 

Ocurre con los casos de dopaje en el ciclismo algo parecido a los escándalos de corrupción política. Son malas noticias y muy dañinas por sí solas, pero no tanto por los casos concretos, que también, sino por el devastador efecto que estos tienen sobre la confianza. Importa, claro, que un concejal de este o aquel pueblo haya metido la mano en la caja, pero lo más grave es que la gente deja de creer un poco en la política y extiende la mancha de la sospecha sobre todos sus gobernantes. Con el dopaje en el ciclismo, salvando las distancias, pasa algo parecido. 

Es muy mala noticia que Alberto Gallego, quien deslumbró a todos el año pasado en una Ruta del Sur donde acabó séptimo y tuteó en la montaña a Alberto Contador y a Nairo Quintana, haya dado positivo. Esperamos su versión, pero es muy inquietante que un corredor joven, 26 años, caiga en algo que creíamos superado. Y lo peor, al margen del caso personal, del presunto dopaje de Gallego, es que inevitablemente regresan las dudas. Un solo positivo hace muchísimo daño. Porque alimenta las sospechas. Y es humano que así sea. Tan injusto como comprensible. Tan dañino como entendible. Esperamos a conocer lo que opine Gallego, la explicación que pueda dar, pero es difícil sacudirse la triste impresión de que este corredor que tanto gustó el año pasado puede haber hecho trampas. 

Es importante también la reacción de todos los actores del mundo ciclista a estos casos de dopaje. Y cuando digo de todos es de todos. Demasiado silencio ha habido en el pasado. Demasiado mirad para otro lado. Demasiadas medias verdades. Demasiados sobreentendidos. En este sentido, y por supuesto respetando la presunción de inocencia de Alberto Gallego, creo que el ejemplo a seguir es la crítica reacción del joven Carlos Verona ayer en Twitter a la noticia, pidiendo sanciones de por vida para quienes den positivo. Hacen daño todos los casos de dopaje, pero más si cabe los de corredores jóvenes, porque duele ver que no se avanza, que no se ha aprendido la lección, que se resquebraja la certeza de que las trampas y el juego sucio forman parte de un pasado superado.

El Caja Rural-Seguros RGA ha actuado con contundencia. No tenía muchas más opciones. Por compromiso con la limpieza. Porque es un corredor recién incorporado a su disciplina y que, si se confirma el positivo, ha traicionado su confianza. Y porque estas noticias hacen mucho daño a la imagen de un equipo modesto como el conjunto navarro. También los periodistas, ya que estamos, deberíamos examinar nuestras reacciones ante estos casos. Y ser directos y claros. Porque a todos nos interesa que la limpieza en el ciclismo sea un hecho, y eso no pasa por ponernos automáticamente siempre del lado del corredor que ha dado positivo. Ser objetivos y ecuánimes, sí. Respetar su presunción de inocencia, por supuesto. Pero somos ya mayorcitos para creer en cuentos. La inocencia murió hace mucho. Esperemos, pues, cómo evoluciona este caso, pero no imagino peor noticia para estos albores de la temporada. 

Comentarios