Alaphilippe resiste el día de la fiesta colombiana de Quintana y Bernal en los Alpes




Julian Alaphilippe sigue siendo líder del Tour de Francia a falta de tres etapas, dos de los Alpes y la del homenaje al ganador en París del último día. El ciclista francés del Deceuninck-Quick Step se está aferrando al maillot amarillo de forma ejemplar y hoy ha resistido al frente de la carrera en una etapa muy exigente en los Alpes. Sólo cedió fugazmente en la parte final de la ascensión al Aubisque, pero recuperó todo lo perdido en la subida con un excepcional descenso. Alaphilippe quiere ganar el Tour y cada día que pasa está más cerca de conseguirlo. Sigue siendo difícil, las distancias son exiguas teniendo en cuenta lo que queda por delante, pero su resistencia numantina merece un Tour de Francia. Hoy ha llegado a meta de la mano de sus principales rivales, salvo Egan Bernal, que ha arañado medio minuto con un valiente ataque en el Galibier. El demarraje del ciclista del Ineos redondea la fiesta colombiana en los Alpes, ya que Nairo Quintana ha logrado la victoria de etapa tras ser el más fuerte de la escapada del día. 

El día ha sido emocionante y sorprendente, como todo en este Tour. Seguimos sin tener ni remotamente claro quién ganará la carrera, aunque es verdad que Alaphilippe sigue aguantando y nadie puede descartar ya la opción de que gane la prueba. Todo sigue abierto. Hoy la etapa ha tenido varios momentos clave. Uno de ellos, aquel en el que el Movistar empezó a marcar un ritmo endiablado al frente del grupo del líder en la ascensión al Izoard, con Marc Soler haciendo un trabajo excelso para Mikel Landa. El problema es que Nairo Quintana marchaba por delante y tenía más de seis minutos de ventaja con el grupo del líder, lo que situaba al colombiano séptimo en la general y con opciones reales de sacar aún más tiempo a sus rivales, ya que ningún equipo había tomado la responsabilidad de recortar distancias con los fugados. ¿Por qué tiró Movistar si ese movimiento evaporaba las aspiraciones de Quintana para la general? Claramente, porque preparaba un ataque de Landa en el Izoard que no llegó, posiblemente, por falta de fuerzas del ciclista vasco. 

Naturalmente, el Movistar quería jugar dos bazas y ese destrozo causado en el pelotón, que redujo a su mínima expresión gracias al trabajo de Soler, precedía a un esperado demarraje de Landa. Pero Landa no se movió y el único efecto de ese trabajo del equipo telefónico fue una reducción significativa de la ventaja del grupo de los escapados, en el que marchaba Quintana. Más que una estrategia fallida del Movistar, parece que han sido las fuerzas de Landa las que no han respondido hoy. Al final, si Movistar no hubiera tirado de esa forma del grupo de favoritos, posiblemente Quintana habría sacado más tiempo a los favoritos y habría avanzado más en la general. Pero el ciclismo tiene estas cosas, y más aún en días tan duros como el de hoy, en el que la paliza para los ciclistas empezó desde el kilómetro cero, ya que ha habido mucha batalla para formar la escapada. Se ha rodado muy rápido desde la salida. 

El resultado final del movimiento ha sido realmente malo para su equipo, sobre todo teniendo en cuenta que Landa está lejos en la general y el trabajo de intentar desgastar a otros rivales correspondería más bien a otros equipo, cuando el Movistar llevaba por delante a Quintana. Landa ha declarado en meta que el equipo decidió tirar porque vio debilidad en algunos rivales y que después dejaron de hacerlo para dejar que la escapada de Quintana tomara más ventaja. Pero esos kilómetros del Movistar acortando tiempo no descolgaron a ningún favorito y sí acortaron la distancia de Quintana con el grupo. En todo caso, sólo quien actúa se equivoca y siempre es de agradecer que los equipos no se queden parados y al menos planteen estrategias al ataque, aunque a veces su resultado no sea exactamente el deseado. Movistar se lleva una etapa en el Tour, que no es pequeño botín, y ahora tiene a otro corredor a algo más de dos minutos del podio. 

Descartadas las opciones para la general, Quintana empezó a pensar sólo en la victoria de etapa. El escalador colombiano del Movistar ha mostrado hoy su mejor versión, esa que no apareció en los Pirineos, y dejó atrás a sus más serios rivales de la fuga, entre los que estaban Romain Bardet, Alexey Lutsenko, Damiano Caruso y Michael Woods. Quintana se fue en solitario hacia adelante en la ascensión al Aubisque y ya nadie le ha visto hasta la meta. Ahora Quintana se sitúa septimo en la general, a 3:54 del líder, justo por delante de Mikel Landa (octavo a 4:54) y Alejandro Valverde (décimo a 5:58).

Cuando Movistar dejó de trabajar para ese ataque de Landa que nunca llegó, posiblemente porque la carrera se le está haciendo larga al corredor vasco, que viene del Giro, el equipo que tomó el testigo fue el Ineos de Geraint Thomas y Egan Bernal. El antiguo Sky dejaba claro que hoy quería probarlo y así fue, en efecto. Bernal lanzó un ataque poderoso en el Aubisque que no pudo seguir ningún favorito. Sólo cuando logró una victoria de más de 20 segundos llegó un demarraje mucho menos entendible, el de su compañero de equipo Thomas. Es cierto que es el vigente ganador de la carrera, pero se entiende poco que Thomas atacara mientras su compañero se marchaba por delante. Fue un movimiento como el del Movistar cuando se puso a tirar del Izoard: intereses cruzados, movimientos difíciles de comprender. Pero Thomas no va súper. Llegó después un ataque de Thibaut Pinot, con más corazón que cabeza. Hoy no se le ha visto tan superior a sus adversarios en la montaña. De hecho, hoy todos han llegado muy justos de fuerzas, extenuados por lo dura que ha sido esta etapa. Al final, tras el recital de Alaphilippe bajando, todos llegaron de la mano, a 32 segundos de Bernal. 




¿Y ahora qué? El Tour sigue abierto, muy abierto, y los ciclistas acumulan cada vez más cansancio en sus piernas.  Hoy no ha habido precisamente muchos ataques de los hombres fuertes de la general, pero el esfuerzo acumulado de hoy se notará sin duda en las dos etapas alpinas que quedan por delante. La jornada de mañana es mucho más corta que la de hoy, con 126,5 kilómetros de recorrido, pero será también muy dura porque encadena cinco puertos: tres de tercera, uno de segunda, otro de primera y uno de categoría especial, el Col de l’Iseran, de 12,9 kilómetros al 7,5%.

Alaphilippe mantiene un minuto y medio de ventaja sobre Egan Bernal y 1:35 sobre Geraint Thomas. Será interesante comprobar cuál es la estrategia del Ineos, que tiene a dos ciclistas entre los tres primeros, pero que está obligado a atacar para descolgar al líder. Steven Kruijswijk está a 1:47 del líder, Thibaut Pinot, a 1:50 y Emanuel Buchman a 2:14. Todo sigue abierto, con más cansancio en las piernas de los ciclistas y menos ocasiones de desbancar a Alaphilippe. Pero quedan dos días duros en los Alpes en los que todo puede pasar. 

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