Tras la jornada de descanso de ayer, el Tour vuelve a ponerse hoy en marcha con una etapa de 167 kilómetros entre Albi y Toulouse, con previsible final al sprint. La carrera se reanuda con Julian Alaphilippe como líder, lo que lleva a los aficionados franceses a preguntarse hasta dónde puede llegar el corredor galo en la general. Dado que es el Valverde francés, tan parecido en tantas cosas al ciclista murciano, era cuestión de tiempo que alguien se planteara si no podría aspirar a más en la general de las grandes vueltas. Lo que no tengo tan claro, el tiempo lo dirá, es que Alaphilippe esté dispuesto a renunciar a su forma actual de correr, tan espectacular, tan emocionante, por el control de los esfuerzos que implica la lucha por la general, sobre todo, cuando sabe que ese proceso implicaría un cambio enorme para él y que se enfrenta a los mejores vueltómanos del mundo. En todo caso, el tiempo dirá.
La segunda semana de carrera comienza con Alaphilippe de líder, con una ventaja de 1:12 sobre Geraint Thomas y de 1:16 sobre Egan Bernal. También ocupan ya posiciones destacadas en la general Steven Kruijskijk (a 1:27), Emanuel Buchan (a 1:45), Enric Mas (a 1:46), Adam Yates (a 1:47), Nairo Quintana (a 2:04), Dan Martin (a 2:09), Giulio Ciccone (a 2:32) y Thibaut Pinot (a 2.33).
El Tour no perdona y la primera semana de carrera ha dejado ya las primeras diferencias entre los aspirantes a la victoria final, sobre todo, por los abanicos y las caídas de la décima etapa. El Tour es, por encima de todo, una carrera de supervivencia, y el tiempo perdido por ciclistas como Jakob Fuglsang (a 3:22), Romain Bardet (a 3:20) o Mikel Landa (4:15) les obliga a atacar, aunque en el caso del ciclista vasco del Movistar, parece claro que tendrá que trabajar por Quintana, que le aventaja ya en más de dos minutos en la general, el tiempo que perdió Landa en la caída del lunes.
La etapa de mañana podría ser la primera ocasión propicia para que alguno de los favoritos que más tiempo se han dejado en la primera semana de carrera lo prueben. El orden del día incluye una ascensión a Peyresourde, de primera categoría, con 13,2 kilómetros y un desnivel medio del 7%, y la subida justo después a Hourquette d'Ancizan, que tiene 9,9 kilómetros al 7,5%. Su cima está situada a unos 30 kilómetros del final, pero prácticamente desde ahí a meta todo es descenso.
El viernes, decimotercera etapa. Jornada importante para la general, ya que será una contrarrreloj individual de 27,2 kilómetros, la única de este Tour, con salida y meta en Pau. Además, esta crono precederá a un fin de semana por los Pirineos en los que sí que debería verse batalla de verdad entre los favoritos a ganar la ronda gala, y en el que posiblemente confirmaremos si de verdad este Tour es el más abierto de los últimos años o si el Ineos de Thomas y Bernal prolonga el clásico dominio abrumador del Sky en esta carrera.
El legendario Tourmalet acoge el final de la decimocuarta etapa del Tour, una de las más esperadas de la carrera. A este puerto de categoría especial, con 19 kilómetros de ascensión a un 7,4% de desnivel medio, se sumarán una cota de cuarta categoría en la parte inicial de la etapa y el Col du Soulor, de primera, en la mitad del recorrido. La etapa será corta y explosiva, de apenas 117,5 kilómetros.
Más sustanciosa y larga será la etapa del domingo, entre Limoux y Foix, ya que los ciclistas subirán tres puertos de primera y uno de segunda.
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