Llevamos sólo cinco días de Tour, pero esta primera semana de carrera va camino de ser la más atractiva de los últimos años en la ronda gala. Afortunadamente, atrás quedaron los tiempos en los que el comienzo del Tour era una sucesión sin fin de anodinas etapas llanas sin ningún aliciente. Este año, el recorrido es mucho más escarpado en las primeras etapas y todos los días está ocurriendo algo distinto. Si a esto sumamos que aún no ha habido ningún abandono en la carrera francesa, algo muy inusual, y que las caídas registradas hasta ahora han tenido consecuencias menores para los ciclistas afectados, podemos decir que estamos casi en una especie de oasis. Hay más emoción que otras veces en el Tour que se presentaba de partida como el más abierto de los últimos años, así que todo va a favor, de momento. Dicho esto, lo importante de verdad está por llegar, claro. Hasta ahora, todo marcha a pedir de boca y el Tour ha entrado en temperatura desde el comienzo, a diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, en el Giro de este año.
La etapa de ayer, la quinta, presentaba un perfil de media montaña que invitaba a ver ataques, más de los que se produjeron al final, la verdad. De salida, los componentes de la escapada del día fueron Tim Wellens (Lotto-Soudal), Simon Clarke (EF Education First), Mads Würtz Schmidt (Katusha-Alpecin) y Toms Skujins (Trek-Segafredo). El primero de ellos consolidó su posición como líder de la montaña, mientras que el último, Skujins, fue el que más resistió al frente de la carrera.
El Sunweb de Michae Matthews, que ya había asumido la responsabilidad de tirar del gran grupo en pos de un triunfo de etapa de su hombre rápido, se encargó de marcar un ritmo exigente al frente del pelotón, lo suficiente al menos para ahuyentar los ataques. Nadie se movió en las dos últimas ascensiones del día, incluido un puerto de segunda categoría. Sólo lo probó en la parte final Rui Costa, del UAE. El ciclista portugués fue el único que se atrevió a desafiar a los equipos de los velocistas. Atacó a algo menos de 8 kilómetros del final y llegó a tener una ventaja próxima a los 20 segundos. No se rindió hasta que, a dos kilómetros de meta, el pelotón se le echó encima. Sólo cuando el Bora de Peter Sagan unió sus fuerzas a los hombres de Matthews terminó la aventura del ciclista luso.
Sagan, que lo primero que hace al llegar al Tour es vestirse el maillot verde de la regularidad, como quien cumple una tradición largamente asentada, no dejó escapar la oportunidad de sumarse a la fiesta y conseguir su primera victoria de etapa en esta edición de la ronda gala. Venció con autoridad por delante de Wout Van Aert (Jumbo-Visma), quien está llamado a protagonizar muchos duelos con el corredor eslovaco. Tercero fue Sonny Collbrelli y cuarto, Greg Van Avermaet. La victoria de ayer de Sagan fue la duodécima del tres veces campeón del mundo en el Tour.
Los ciclistas tendrán hoy su primer encuentro serio, con la montaña, con final en La Planche des Belles Filles, de primera categoría, con 7 kilómetros al 8,7%. Antes de esa ascensión final, el menú del día incluye dos puertos de primera, dos de segunda y dos de tercera. Una jornada de montaña con todas las letras, en la que se deberían ver las primeras diferencias entre los favoritos. Como suele ser habitual, probablemente no veremos quién ganará el Tour, pero sí quién no lo hará, porque el primer día de montaña algún favorito suele mostrar su debilidad. A veces no hace falta llegar a la alta montaña, porque el contacto con los puertos de menor entidad que han subido hasta ahora los ciclistas ha sido suficiente para constatar que Ilnur Zakarin está muy lejos de su mejor condición.
Julian Alaphilippe buscará retener el maillot amarillo, aunque no lo tendrá fácil, sobre todo, si hay batalla entre los hombres fuertes de la general. El que más cerca tiene al ciclista francés es Steven Kruijswijk, tercero en la general a 25 segundos del corredor del Deceuninck-Quick Step. A 40 segundos está Egan Bernal; a 45 segundos, Geraint Thomas; a 46 segundos, Enric Mas; a 52 segundos, Thibaut Pinot y más lejos, a 1:30, Nairo Quintana y Mikel Landa.
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