Simon Yates vence a Pello Bilbao en un día de tregua entre los favoritos




Ni uno sólo de los ciclistas que aspiran a ganar el Tour de Francia, ni uno, se ha movido hoy en la primera etapa pirenaica de la ronda gala. Toda la emoción que faltó entre los favoritos la han puesto los ciclistas que entraron en la escapada del día, pero la jornada ha sido francamente decepcionante. Nadie lo probó en ninguno de los dos puestos de primera y el Ineos ha marcado el ritmo que ha deseado, sin que ningún corredor intentara al menos arañar algunos segundos. Es cierto que mañana se corre la contrarreloj de Pau, en la que los favoritos se juegan mucho, pero resulta difícil entender que ningún ciclista con aspiraciones en la general haya intentado atacar hoy. El ritmo trotón del Ineos al frente del grupo ha recordado demasiado a la imagen del Sky en las últimas ediciones del Tour, con un equipo poderoso controlando la carrera y el resto, paralizados, con la calculadora en la mano. 

El tiempo dirá y ojalá las próximas jornadas montañosas contradigan esa sensación preocupante que ha dejado la etapa de hoy. Desde luego, el conservadurismo de todos los equipos con hombres fuertes en la general, absolutamente todos, es incomprensible. Ni Fuglsang, ni Bardet ni Urán ni ninguno de los favoritos que más tiempo perdido acumula en la general lo han intentado. Nadie se ha movido. Nada de nada. Día perdido en absoluto. Mañana hay una crono importante, sí, pero en ella presumiblemente Geraint Thomas sacará tiempo a todos sus rivales, que quizá se lamenten de haber dejado pasar un día de montaña como el de hoy sin ni siquiera haberlo intentado. El otro gran beneficiado del día ha sido Julian Alaphilippe, quien ha conservado sin el menor problema el maillot amarillo de líder, ante la ausencia total de ataques. 

No ha sido un día nada prometedor ni atractivo en lo que respecta a la lucha por la general, pero sí ha habido un gran espectáculo gracias a los protagonistas de la escapada del día, una fuga muy numerosa en la que, como es habitual en estos casos, la carretera ha ido haciendo la selección definitiva. Entraron en la escapada Peter Sagan, líder de la regularidad, y Tim Wellens, primero de la clasificación de la montaña, para intentar asentar sus respectivas posiciones de privilegio en estas prestigiosas clasificaciones secundarias. Los ataques fueron una constante. En la subida a Peyresourde, fueron primero Lilian Calmejane y Sony Colbrelli quienes se marcharon por delante. Después lo probó en solitario Simon Clarke, a quien alcanzó fugazmente Matteo Trentin, quien ha rendido a a un nivel excelso pese a no ser un escalador. 

El movimiento clase del día llegó en Hourquette d’Ancizan, último puerto del día, en el que Gregor Mühlberger, Mathias Frank, Simon Yates y Nicolas Roche saltaron del grupo de escapados a la caza de Clarke. A ellos se sumaron poco después Pello Bilbao, doble ganador de etapa en la pasada edición del Giro, y Maximilian Schachmann. Al final, Yates, Bilbao y Mühlberger demostraron que eran los más fuertes. Los tres tomaron pronto más de un minuto de ventaja respecto a sus perseguidores, mientras el pelotón marchaba a un ritmo lento, sin atisbo alguno de ataques. 

La sangre fría de los tres escapados ha regalado un final de suspense propio del mejor Hitchcock. Hasta que restaban poco más de 200 metros ninguno de los tres se movió. Yates, imponente, fue el más rápido y logra entrar en el selecto grupo de ciclistas ganadores de etapa en las tres grandes vueltas. El ciclista británico del Mitchelton-Scott ha dejado con la miel en los labios a Bilbao, que a punto ha estado de ganar “en casa”, ya que, como siempre cuando el Tour llega a los Pirineos, multitud de aficionados vascos se lanzaron a la carretera para seguir la carrera. Bilbao ha reconocido en meta que no tenía fuerzas (“no podía sujetarme encima de la bici ya”) y que ha vigilado más a Mühlberger que a Yates. Por cierto, Bilbao ha tenido unas palabras con el ciclista del Bora, quien se ha dirigido a él enfadado. “Le he dicho que en el ciclismo lo primero que se debe aprender es a perder”, ha declarado el ciclista vasco del Astana. 

Otro protagonista del día ha sido Rohan Dennis, quien era, sin duda, uno de los máximos favoritos a ganar en la crono de mañana, pero que se ha retirado de la carrera en extrañas circunstancias. Su equipo, el Bahrain Merida, ha llegado a publicar un comunicado en el que ha dicho que desconocía la ubicación de Dennis, que apareció en meta de repente, sin que el equipo supiera dónde estaba. Al parecer, el ambiente en el equipo deja mucho que desear y Dennis llegó a meta en el coche de su representante. Todo un culebrón. 

Comentarios