Recuerdos ciclistas (XII): El primer Mundial de Freire

Es muy posible que Óscar Freire no haya sido lo suficientemente valorado nunca en España. En gran medida, porque en este país siempre se han valorado más las grandes vueltas, en especial el Tour, que cualquier otra competición. Y el corredor cántabro, velocista, hombre rápido, clasicómano, era un rara avis, no siempre bien entendido. No fue del todo bien tratado nunca, no, y además fue así desde el principio. En 1999, con sólo 23 años y tras una temporada prácticamente en blanco por problemas físicos, Óscar Freire fue convocado por el seleccionador nacional Paco Antequera para el Mundial  de Verona. Fue una decisión criticada que Freire acalló del mejor modo posible: ganando el Mundial, sorprendiendo a todos y vistiéndose de arcoíris, unos colores que le sentaron tan bien que los vistió otras dos temporadas, tras ganar los Mundiales de 2001 y 2004. 


En aquel Mundial de Verona de 1999 no es que Freire no fuera favorito, es que cuando atacó y sorprendió a todo el mundo en la recta de meta, había incluso quien no sabía bien quién era ese español que se movía e iba camino de ganar la carrera. Era casi un desconocido. Desde luego, lo era fuera de España. Llevaba sólo una temporada como profesional. Era muy joven. Y apenas se le había visto en las carreteras esa temporada, en la que no había logrado ninguna victoria relevante. 


Muchos recordamos la narración de TVE, con Pedro González y Pedro Delgado. "Cuidado que esto puede ser muy bueno", anticipa Delgado. "Señores, Óscar Freire campeón del mundo. Aquí no hay quien le pille", afirma González, ante las risas nerviosas del comentarista. "Óscar Freire, nacido en Torrelavega el 15 de febrero del 76, campeón del mundo". Momento histórico donde los haya. Por la sorpresa, por lo bien que lo hizo Freire, por la grandiosidad de su victoria. 

En estos tiempos es relativamente frecuente que haya ciclistas muy jóvenes que logren victorias relevantes, pero en 1999 no lo era tanto. Y Freire tenía apenas 23 años en aquel Mundial de Verona. Carlos Arribas, de El País, tituló su crónica de aquel día Milagro en Verona. El subtítulo lo dice todo: "Óscar Freire, un ciclista cántabro de 23 años, gana el Mundial de fondo en carretera". Años después, Freire declaró que aquella carrera fue la mejor de su vida y que le cambió el destino. Logró sorprender atacando en la parte final de la prueba, mientras se vigilaban los corredores supervivientes del grupo delantero entre los que estaban Ullrich, Camezind o Vanderbroucke o Casagrande. Pero sólo pudieron luchar por la plata. Al final, acompañaron a Freire en el podio el suizo Marcus Zberg y el francés Jean Cyril Robin

Fue la primera de las muchas grandes historias escritas por Óscar Freire, el primero de los recuerdos ciclistas que llevaron el sello del genial ciclista cántabro. Después llegarían muchos más. Además de los otros dos Mundiales que ganó, entre otras muchas victorias, sus cuatro etapas en el Tour, sus siete etapas en la Vuelta a España, sus tres triunfos en la Milán-San Remo (2004, 2007 y 2010), su Tirreno-Adriático (2005) o sus tres triunfos en la Flecha Brabanzona (2005, 2006 y 2007).

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