Recuerdos ciclistas (XVII): Cuando Iban Mayo tocó la gloria en el Tour

El 2003 fue un año inolvidable para Iban Mayo. El escalador del Euskaltel-Euskadi, uno de los mejores del mundo en su época, tenía el Tour de Francia como su principal objetivo. Pero antes de llegar a la ronda gala había ganado con enorme autoridad esa temporada la Itzulia, la carrera de casa, donde también logró tres victorias de etapa. Y en el Dauphiné, la prueba preparatoria para el Tour, se había llevado dos etapas.


Así que Mayo llegaba con todas las aspiraciones del mundo a la carrera francesa. Incluso con cierta presión, porque se esperaba mucho de él. Siempre se esperó mucho de él y eso es algo que sobrellevó como pudo, no siempre bien. Pero ese 2003 todo era posible. Se podía soñar con cualquier cosa. La general resultó inalcanzable, porque Lance Armstrong, también ese año, fue intocable, así que Mayo tuvo que conformarse con una sexta plaza, su mejor puesto en el Tour. Mayo tocó la gloria aquel año en el Tour, con una victoria de etapa colosal en un escenario mítico del ciclismo, Alpe d'Huez, nada menos. 

Era la octava etapa de la prueba. Armstrong ya era líder y su gran adversario era otro corredor vasco, Joseba Beloki. Mayo se mantuvo durante toda la etapa en el grupo de los mejores, donde además del estadounidense y del líder de la Once estaban, entre otros, Alexander Vinokourov, Tyler Hamilton o Roberto Heras, compañero de Armstrong. Quien no estaba ya cuando se empezó a ascender Alpe d'Huez, tras subir el Galibier, era Richard Virenque, quien marchaba líder gracias a una fuga anterior, pero que se desfondó aquel día. 

Mayo era un enorme escalador de cuya valía nadie dudaba, pero no estaba tan vigilado por los aspirantes a la victoria final como otros miembros de ese grupo de elegidos. Eso y su gran estado de forma jugaron a su favor. Atacó Mayo y logró marcharse solo por delante, camino de la victoria, de la mayor victoria de su vida. Nadie le alcanzó. Aventajó en 1:45 a Vinokourov y en más de dos minutos al grupo del líder, lo que le permitió situarse tercero provisional en la general. No logró conservar ese puesto en el podio, pero se llevó del Tour de 2003 un triunfo de etapa inolvidable, en una cima legendaria del ciclismo. Quizá, el mejor día encima de una bicicleta para este ciclista vizcaíno que se retiró en 2007, tras verse implicado en un caso de dopaje. 

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