Recuerdos ciclistas (XXXIII): El primer Mundial de Bettini

El año 2001, el segundo Mundial de Óscar Freire, el italiano Paolo Bettini fue segundo. El corredor, apodado como el grillo, era uno de los mejores clasicómanos del mundo, pero se le resistía el maillot arcoíris, que persiguió sin éxito los cuatro años siguientes. Hasta que todo cambió en 2006, en el Mundial de Salzburgo, donde Bettini se impuso por delante de Erik Zabel y de Alejandro Valverde


Bettini era un corredor acostumbrado a las victorias. Se presentó a ese Mundial como uno de los grandes favoritos, con nueve triunfos esa temporada: el Giro Riviera Ligure Ponente más dos etapas, una etapa de la Tirreno-Adriático, la Lieja-Bastoña-Lieja, el Tour de Valonia más una etapa, el Giro de Lazio y la Coppa Sabatini. Pero lo mejo estaba por llegar, su ansiado título mundial, el primero, porque un año después revalidaría el arcoíris. 

Samuel Sánchez lanzó a Alejandro Valverde en la parte final del Mundial. El murciano perseguía también la victoria en el Mundial y, tras acariciar la victoria en el Mundial de Madrid de un año antes, era uno de los corredores más vigilados. Pero la punta de velocidad de Bettini fue imposible de neutralizar para el Bala y también para Zabel, velocista puro, que tuvo que conformarse con la medalla de plata. La selección italiana, generalmente caótica, fue en este caso una guardia petroriana llena de orden al servicio de su líder, quien al fin sumó el merecido triunfo. 

Tras el Mundial de 2007, también ganado por Bettini en Sttutgart, Italia sumó un nuevo Mundial gracias al triunfo de Alessandro Ballan en Varese. Pero esa es ya otra historia. 

Además de sus dos Mundiales, el palmarés de Bettini es uno de los más laureados de la historia del ciclismo. Entre otras victorias, logró una Milán-San Remo (2003), dos Lieja-Bastoña-Lieja (2000 y 2002), dos Giro de Lombardía (2005 y 2006) y la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Atenas de 2014. 

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