Recuerdos ciclistas (XXXVII): El primer monumento de Purito Rodríguez

Este es el trigésimo séptimo artículo dedicado a rescatar de la memoria recuerdos ciclistas y todavía ninguno de ellos había tenido como protagonista principal a Joaquim Purito Rodríguez, así que ya iba siendo hora de abordar alguno de los muchos grandes momentos de ciclismo que nos regaló el ciclista catalán, retirado hace un par de años. Buena parte de su carrera se dedicó a trabajar para los demás, ya que fue gregario de, entre otros, Alejandro Valverde. Pero en la parte final de su carrera pudo darse una oportunidad como jefe de filas en el Kathusa ruso y tardó poco tiempo en demostrar cuánto lo merecía. 


Fueron muchas las victorias que consiguió Purito a lo largo de su trayectoria, pero sin duda las dos que más valor tienen las consiguió en la misma carrera y de forma consecutiva, dos años seguidos. Hablamos del Giro de Lombardía, el último monumento del calendario ciclista, la clásica de las hojas muertas. Ningún español había ganado esta carrera, uno de los cinco monumentos del ciclismo, hasta que en 2012 Purito rompió esta racha. Bajo la lluvia, tras una jornada de perros, un día muy exigente de ciclismo, y en solitario, a lo campeón. Así ganó Joaquim Rodríguez su primer monumento, su primer Lombardía. 

El español Samuel Sánchez y el colombiano Rigoberto Urán acompañaron a Purito en el podio final, pero cuando ambos entraron en meta ya había celebrado su victoria el flamante vencedor de la prueba. El 2012 fue uno de los mejores años de su carrera deportiva. Terminó segundo en el Giro, que le arrebató por muy poco Ryder Hesjedal, y ganó dos etapas en la corsa rosa. Antes de esa notable participación en el Giro había logrado una etapa en la Tirreno Adriático y otras dos victorias parciales de la Vuelta al País Vasco. Purito fue tercero en la Vuelta de aquel año, la que ganó Contador con su hazaña camino de Fuente Dé, y se llevó tres etapas en la ronda española. 

Es un palmarés colosal, al alcance de muy pocos. Pero tenía Purito una sensación agridulce, porque había acariciado con los dedos el Giro y la Vuelta. No pudo llevarse ninguna de las dos grandes, pero sí logró ganar un monumento. Llovía, llovía mucho aquel día. Il Lombardía es siempre una carrera peculiar, porque está situada al final de la temporada, el clima no suele acompañar y los corredores exprimen ya sus últimas gotas de energía antes de pensar en la siguiente temporada. Purito demostró ser el más fuerte, con claridad. Era su año y tenía que cerrarlo a lo grande. 

El corredor del Katusha atacó en la última ascensión del día, a Villa Vergano, y ya nadie le pudo dar caza. En cabeza siguió midiendo los tiempos y controlando la diferencia hasta que cruzó la línea de meta en solitario, a lo campeón, nueve segundos antes que el grupo de favoritos, al que, como decimos, dio tiempo Samuel Sánchez. Un año después, en Il Lombardía 2013, el escenario cambió, pero no el vencedor, ya que la victoria fue también para Joaquim Rodríguez, aquella vez, también en solitario, con 17 segundos de ventaja sobre Alejandro Valverde y 23 segundos sobre Rafal Majka

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