Kristoff, primer líder tras una etapa dantesca


Primera etapa del Tour de Francia y primera polémica. Reconozco que echaba mucho más de menos el Tour que las polémicas, sobre todo, las que llegan de críticas forofas de personas sentadas cómodamente en su sofá hacia los corredores. Hoy se ha registrado un fenómeno curioso: cuantas más caídas se producían, más se indignaban algunos tuiteros por la prudencia con la que el pelotón ha afrontado la etapa  de hoy en Niza. La lluvia hizo impracticable la carretera y la volvió muy peligrosa, especialmente en los descensos. Hubo una catarata constante de caídas y cortes en el grupo principal, en los que se vieron envueltos Sam Bennet, Domenico Pozzovivo, Omar Fraile, Pavel Sivakov, Julian Alaphilippe, Egan Bernal, Tom Dumoulin, Caleb Ewan, Richie Porte, Giacomo Nizzolo, Miguel Ángel López, Tony Martin, George Bennett y un largo etcétera. 

La etapa ha sido dantesca. Muchas caídas y mucho riesgo. Tanto, que se llegó a una especie de pacto de no agresión en el pelotón, decidido a preservar la seguridad de los ciclistas por encima de todo. ¡Qué gran escándalo! ¡Cómo osan! Twitter, esa barra de bar tan maravillosa como insoportable a ratos, se llenó de críticas a los ciclistas. Decían que esto era una vergüenza, que para eso se queden en su casa, que son unos cobardes... Todo ello, mientras los ciclistas rodaban en una carretera muy peligrosa a causa de la lluvia y ellos veían la carrera desde la televisión. Lo de siempre. Incluso periodistas y excliclistas se sumaron con entusiasmo a estas críticas. Alguno intentó poner sensatez, como Iván García Cortina, quien resumió en un tuit algo que parece una obviedad pero que, visto lo visto, demasiada gente ignora. Tras preguntar, retóricamente, si nadie se daba cuenta de que, incluso con la carrera casi parada, no cesaban las caídas, explicó: “No somos monos de feria que tengamos que caernos para ver espectáculo. Hoy el asfalto es una pista de patinaje y es lo que hay. Una cosa es que llueva, otra cosa es que esté impracticable”. Tal cual. 

Algo de riesgo sí debía de haber para los corredores, más allá de la indignación tuitera, y el Tour decidió por eso que los tiempos se neutralizaran a tres kilómetros del final. Justo bajo la pancarta de los tres kilómetros se produjo la última caída del día, en la que se fue al suelo Thibaut Pinot. No perdió tiempo, por esa neutralización, pero está por ver si la caída tiene consecuencias para el corredor francés. 

Aunque parezca tan difícil de entender, los equipos prefirieron anteponer la seguridad de los ciclistas. Entendieron, creo que con buen criterio, que tal y como estaba la carrera había más que perder que ganancias posibles. Es cierto que el Jumbo-Visma ha dado una imagen tirando a mala en algún momento de la etapa, con Tony Martin y Primoz Roglic haciendo gestos al resto de corredores del pelotón para pedirles calma. Porque, evidentemente, si alguien quiere arriesgar está en su derecho de hacerlo y nadie tiene que frenar a nadie ni imponer su voluntad. Eso es evidente. Tan evidente como es que, cuando ha querido, el Astana ha decidido jugar y endurecer la carrera, acelerando en el descenso, hasta que su líder, Miguel Ángel López, se ha estampado contra una señal de tráfico. Esa es la realidad: el equipo que ha querido endurecer la carrera lo ha hecho, hasta que tras su propio movimiento su líder ha sufrido una caída. Quien quiera entender, que entienda. Hay días en los que el riesgo es tan alto que poco más se puede hacer. Aunque no sea divertido, aunque no dé espectáculo. Los ciclistas, en efecto, no son monos de feria. 

Antes de la polémica y del riesgo enorme que han tenido que afrontar los corredores se formó la escapada del día, con Michael Schär (CCC), Fabien Grelier (Total Direct Energie) y Cyril Gautier (B&B Hotels). Fueron cazados pronto y de ahí hasta meta, más allá del arreón de Astana frustrado por la caída de Superman López, el siguiente ataque que se vio fue ya en la parte final, cuando Benoit Cosnefroy (Ag2r) intentó sorprender al pelotón y evitar el sprint masivo. Pero no llegó lejos y la etapa se resolvió al sprint. Un sprint caótico, sin orden ni concierto alguno, en el que venció Alexander Kristoff, primer líder del Tour, por delante del campeón del mundo Mads Pedersen. 



Mañana, segunda etapa, también con comienzo y final en Niza, pero con un recorrido mucho más exigente, con tres puertos de primera y varias ascensiones no puntuables. 



Antes de la primera etapa del Tour ha habido una doble victoria española en el resto de carreras que se está disputando estos días. En El Tour de Hungría ha ganado la primera etapa Jon Aberasturi y en el Giro sub23 se ha llevado la victoria en el primer día de competición Alex Ropero, del Kometa. 



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