El Etna incendia el Giro



Se suele decir que la primera etapa de montaña de una gran vuelta sirve sobre todo para saber quién no ganará la carrera. Hoy, la tercera etapa del Giro con final en el Etna le ha dado la razón a esa máxima. La corsa rosa ha saltado por los aires, confirmando otra certeza del ciclismo: que el Giro es la carrera más imprevisible del mundo. Todo puede ocurrir en la ronda italiana. Los dos máximos favoritos para ganar la carrera en la salida del sábado, Simon Yates y Geraint Thomas, se han hundido hoy y ya sabemos que ninguno de los dos ganará el Giro. 

Thomas, que había sido el favorito más fuerte en la contrarreloj inicial de la carrera, se ha descolgado antes incluso de empezar la ascensión propiamente dicha del Etna. El equipo Ineos confirmó que había sufrido una caída en la neutralizada que lo dejó fuera de la lucha por la general. Entró en meta, muy dolorido, a más de doce minutos de Jonathan Caicedo, el vencedor de la etapa. 

Más de tres minutos se dejó con el resto de aspirantes a la victoria final el otro gran favorito, hasta hoy, para ganar la carrera. Simon Yates, cuyo equipo había trabajado durante buena parte de la etapa para reducir la distancia con los fugados, se quedó descolgado en la ascensión final al Etna. Una pájara que enciende todas las luces de alarma, aunque está por ver si ha sido un mal momento puntual y si se recompone en las próximas etapas. 

Así que, de pronto, Thomas y Yates quedan descartados en la lucha por la maglia rosa. ¿Y quién queda? El de siempre, un incombustible Vincenzo Nibali que es uno de los grandes vencedores del día y que ha tenido fuerzas incluso para atacar en las cumbres del Etna y seleccionar el grupo delantero. Junto a él llegaron Jakob Fuglsang, Domenico Pozzovivo, Rafal Majka y un inmenso Jonathan Castroviejo que había atacado a seis kilómetros del final y que queda como el hombre más fuerte del Ineos en la montaña. Cuatro segundos después más atrás llegó Steven Kruiswijk. Doce segundos con el grupo de Nibali se dejaron Joâo Almeida y Pello Bilbao. Antonio Pedrero y Patrick Konrad entraron con 38 segundos de retraso respecto a resto de favoritos.



La carrera ha quedado revolucionada por completo, con Almeida como nuevo líder. Ojo al ciclista portugués del Deceuninck-Quick Step, otra perla de insultante juventud. Está empatado a tiempo con Caicedo, magnífico vencedor de la etapa de hoy, el más fuerte de una escapada en la que también estuvieron Craddock, Romano, Holmes, Visconti, Rumac, Campenaerts y Bjerg. 

En la general queda tercero Bilbao, a 37 segundos de Almeida. A menos de 1:15 están también Kelderman, Vanhoucke, Nibali, Pozzovivo, McNulty, Fuglsang y Kruiswijk. 

¿Y ahora qué? El Giro queda abierto y sin patrón claro. Nibali se enfrenta a una situación similar a la del Tour 2014, donde Froome se retiró y El Tiburón sacó partido de las circunstancias para ganar la ronda gala. Puede ocurrir algo parecido este año en este Giro raro, por supuesto que sí, aunque de eso han pasado ya seis años y Nibali tiene 35 años. Si alguien puede ganar este Giro es él, pero no le faltan rivales, aunque hoy se hayan eliminado los dos que parecían más firmes candidatos. No descartaría a Almeida para nada, por supuesto. Muy bueno en contrarreloj y más que notable en la montaña, nadie conoce su límite. 

Dos años más que Nibali y quince más que Almeida tiene Domenico Pozzovivo. El mejor puesto en el Giro del veterano ciclista del NTT, que abandonó el Tour, fue la quinta plaza que marcó en la edición de 2018. También aspiran a todo Fuglsang y Kruiswijk, a quien el destino le debe un Giro. Tal y como está el Giro, cualquiera de estos corredores podría ganar la carrera.

Varios ciclistas españoles han sido protagonistas hoy y están llamados a serlo en lo que queda de carrera. Muy bien situado en la general está también Pello Bilbao, quien cuenta con libertad plena como nuevo jefe de filas del Astana tras las retiradas de Miguel Ángel López y Alexandr Vlasov. Hoy ha estado muy bien en la ascensión al Etna y está ante la gran oportunidad de su vida en una gran vuelta, sin ningún líder al que rendir cuentas. Tampoco tendrá que trabajar para nadie Antonio Pedrero, del Movistar, que ha demostrado ser uno de los mejores ciclistas de este Giro en la montaña. Contará con libertad para buscar triunfos de etapa o algún puesto de honor en la general. Lo mismo se puede decir de Jonathan Castroviejo, habitual gregario de lujo de los líderes del Ineos, que ahora podrá buscar sus momentos de lucimiento personal. El Giro, inesperado, explosivo, siempre diferente a todas las demás carreras, no ha hecho más que empezar y ya hemos visto de todo. Llevamos sólo tres etapas. Que siga la fiesta. 

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