Previa de la Vuelta a España

 

Con la incertidumbre como inevitable compañera de viaje por culpa del coronavirus, pero con muchas expectativas y cargada de ilusión comenzará mañana en Irún la 75º edición de la Vuelta Ciclista a España. Coincidirá en la primera semana con el Giro, se adentrará en noviembre y tendrá tres etapas menos de las habituales, todo por culpa de la maldita pandemia, pero hay muchas razones para afrontar con mucho entusiasmo la carrera. Su recorrido es impresionante, con una primera semana que quita el aliento, y la participación tendrá un nivel muy elevado. Con la climatología y el Covid-19 como rivales, pero con el buen hacer de la organización de la carrera y las ganas de los ciclistas como aliados, comenzará esta edición muy especial y distinta de la ronda española, de la que analizaremos aquí el recorrido, etapa a etapa, y también los favoritos a la victoria. 


Empezamos por los ciclistas que aspiran a ganar la Vuelta, que no son pocos. Para comenzar, Primoz Roglic, vigente ganador de la carrera, que liderará al Jumbo-Visma e intentará resarcirse de la derrota en el penúltimo día ante su compatriota Tadej Pogacar. Roglic será, sin duda, uno de los corredores a vigilar, pero ni mucho menos será el único. El Ineos trae como teórico líder a Chris Froome, aunque más bien parece que será Richard Carapaz su jefe de filas, dado que el cuatro veces ganador del Tour sigue sin encontrarse en forma. Ojo al ecuatoriano, ganador del Giro del año pasado. 

El Movistar presenta a su tricefalia del Tour, con Alejandro Valverde, Enric Mas y Marc Soler, dispuestos a darle la vuelta a una temporada irregular y casi ausente de victorias para el equipo telefónico. Será interesante también ver al Astana en acción, con los hermanos Izaguirre y con Alexandr Vlasov, que causó baja en el Giro en la primera semana y cuyo estado de forma es una incógnita. Si está fuerte y se ha recuperado de sus molestias, puede ser un ciclista a vigilar, igual que Jhoan Esteban Chaves, Guillaume Martin, David de la Cruz, Dani Martínez o Thibaut Pinot, que también serán de la partida. 

El escenario sobre el que se batirán estos ciclistas, la mayoría de los cuales viene del Tour, será muy exigente, con el sello clásico de la Vuelta. Las tres etapas del comienzo, que se iban a disputar en los Países Bajos, quedan para mejor ocasión, pero el recorrido no se resiente en absoluto. 

Estas son las 18 etapas de la Vuelta 2020, que se podrá seguir, como siempre, a través de TVE y de Eurosport. 


Irún acogerá la salida de la Vuelta, donde se dará el banderazo de salida a la prueba. La primera etapa, con aires a la Itzulia, termina en el santuario de Arrate, final clásico de la Vuelta al País Vasco. Atractivo y explosivo comienzo para ver la primera batalla entre los hombres fuertes de la carrera. 


Más madera en la segunda etapa, con una jornada que comienza en Pamplona y concluye en Lekunberri. El Alto de San Miguel, de primera categoría, con 9,4 kilómetros de ascensión y un desnivel medio del 7,9%, volverá a poner a prueba a los favoritos, ya que su cima está situada a menos de 15 kilómetros del final. 

Tercera etapa de la Vuelta y tercer día de montaña. La Laguna Negra, de primera categoría, acogerá el desenlace de la etapa. Es una subida de 8,6 kilómetros al 5,6% de desnivel medio, pero con rampas de hasta el 10%. La parte más dura del puerto está situada justo al final. 



Al cuarto día llegará un perfil mucho más amable para los ciclistas, primera oportunidad para los velocistas. El final en Ejea de los Caballeros parece propicio para el sprint. 


Poco dura la alegría en casa del pobre, dice el refrán popular, y poco también dura la tranquilidad en el pelotón de la Vuelta. La quinta etapa vuelve a presentar un perfil escarpado, con dos puertos de segunda categoría (Alto del Vio y Alto de Petralba) y uno de tercera (Alto de Fanlo) en sus kilómetros finales. 


Qué mejor que el Toumalet para rematar una primera semana impresionante, quizá la más exigente que se recuerda en la Vuelta. Jornada pirenaica con salida de Biescas y recorrido casi en su totalidad por Francia. Tres puertos, tres, a lo largo de los 136 kilómetros de recorrido. Y vaya puertos: Portalet (de primera categoría, con 15 kilómetros al 4,5%), Aubisque (categoría especial, con 16,4 kilómetros al 7,1%) y Tourmalet (categoría especial, 19 kilómetros al 7,4%). La jornada reina de la Vuelta, aunque esté situada en la primera semana. Coincidirá con la etapa final del Giro y podría haber coincidido con la París-Roubaix, aunque finalmente la prueba fue anulada por la expansión de la pandemia. En cualquier caso, superdomingo ciclista, llamado a ser una jornada histórica. 


Después del primer día de descanso en Vitoria, la Vuelta se reanudará el martes 27 de octubre con una etapa de media montaña, con doble subida al Puerto de Orduña (7,8 kilómetros al 7,7%). 


Sale de Logroño la octava etapa de la Vuelta, aunque los ciclistas no tendrán tiempo de pasear a tapear por la Calle Laurel, porque tendrán un recorrido muy duro por delante. El puerto de la Rasa, de segunda categoría, antecede a la subida final al Alto de Moncalvillo, de primera categoría, con 8,3 kilómetros al 9,2%. 


La novena etapa, entre Castrillo del Val y Aguilar de Campoo tendrá un perfil llano, auténtica rara avis en esta Vuelta. 


Entre Castro Urdiales y Suances transcurre la décima etapa de la carrera, en principio, también destinada al sprint o a una fuga consentida. A eso y a disfrutar de la belleza del paisaje de aquella zona, por supuesto. 


Tras dos días más o menos llanos, qué locura, la montaña vuelve y lo hace con fuerza en esta undécima etapa con salida en Villaviciosa. Desde la salida, y prácticamente sin solución de continuidad, los ciclistas afrontarán el Alto de la Campa, el Alto de la Colladona, la Cobertoria, el Puerto de San Lorenzo y, para rematar, La Farrapona, con 16,5 kilómetros al 6,2% y rampas de hasta el 12,5%. 


Antes de llegar al segundo día de descanso en A Coruña, que es un magnífico sitio para descansar y para cualquier otra actividad, los corredores se citarán con una de las cimas míticas de la Vuelta, el Angliru, que les espera en la meta con sus imponentes 12,4 kilómetros de ascensión al 9,9% y paredes de hasta el 23%. Antes del Angliru, otros cuatro puertos (Padrún, San Emiliano, La Mozqueta y El Cordal). 

Como es lógico, tras la enorme dureza de las dos primeras semanas de competición, el objetivo de los organizadores de la Vuelta es que la carrera llegue abierta a su semana final. Nada mejor para invitar a los ataques en las etapas finales que situar una contrarreloj de 33,7 kilómetros en la etapa 13, justo después del segundo día de descanso. Será un perfil llano, salvo sus kilómetros finales, en los que los ciclistas subirán al ya clásico Mirador de Ézaro. 




Cualquiera que haya tenido la suerte de caminar por Galicia sabe que allí no hay un metro llano. También lo saben los ciclistas, que en esta decimocuarta etapa tendrán un recorrido rompepiernas, aunque, en principio, reservado más a buscadores de etapa que a los hombres de la general. 


230,8 kilómetros de recorrido tiene esta decimoquinta etapa de la Vuelta, que además contará con un perfil de media montaña. 


Más media montaña en la antepenúltima etapa de esta Vuelta, entre Salamanca y Ciudad Rodrigo, con dos subidas catalogadas como puertos: El Portillo (de segunda) y el Robledo (de primera). 


El Alto de la Covatilla está llamado a ser el juez de esta Vuelta. Todo lo que no esté decidido a estas alturas de carrera se resolverá en este puerto de categoría especial, con 11,4 kilómetros de ascensión y un desnivel medio del 7,1%. Antes de esta dura ascensión final, otros cinco puertos para poder endurecer la carrera y presenciar la última batalla de la 75 edición de la Vuelta. 


Desde el hipódromo de la Zarzuela partirá la última etapa de esta Vuelta, con el final clásico en las calles de Madrid. Día para homenajear al ganador final y para ver algo muy extraño e infrecuente en esta Vuelta: un sprint final. 

Comentarios