Dumoulin se toma un tiempo


Tom Dumoulin cuelga la bicicleta temporalmente. La noticia bomba saltó esta mañana. Primero, a través de algunos medios neerlandeses y más tarde con la confirmación oficial del Jumbo-Visma y del propio ciclista. El ganador del Giro de Italia de 2017 abandona el ciclismo de forma temporal. Así lo ha anunciado en su cuenta de Twitter, con una serie de mensajes escritos con sinceridad y honestidad, con la que es difícil no empatizar desde el punto de vista humano. Según se deduce de sus palabras, no podía más, necesitaba parar, tomarse un respiro. 

Dumoulin cuenta que desde hace tiempo siente una gran presión por dar lo mejor de sí mismo para el equipo, los patrocinadores y los fans. En el documental de la televisión pública neerlandesa que retrata el último Tour del Jumbo-Visma desde dentro se puede ver varios momentos delicados de Dumoulin, uno de ellos, llorando desconsolado en el bus el equipo. Claramente, estaba débil anímicamente. Hoy lo confirma y decide, por su propia salud, marcar distancias. 


Explica Dumoulin en el citado hilo de Twitter que en ese proceso de intentar hacerlo lo mejor posible para el equipo se olvidó un poco de sí mismo. Dice que no tiene claro lo que realmente desea de este deporte y en su futuro y por eso decide parar. Afirma que siente muy apoyado por familiares y amigos para dar este paso y tomarse un tiempo para pensar y reflexionar. Siente que se ha quitado un gran peso de encima. “Muy a pensar mucho y voy a hablar con mucha gente y estoy seguro de que encontraré la respuesta en el futuro”, cuenta. 

La retirada, de momento, temporal, recuerda a lo que le ocurrió hace un par de años a Marcel Kittel. Otro ciclista con mucha presión encima, otro ganador admirado en todo el mundo, que optó por colgar la bicicleta joven porque perdió la motivación para seguir. El ciclista alemán tenía 31 años y Dumoulin tiene 30. El tiempo dirá qué decide finalmente el corredor neerlandés. Sea dentro del mundo del ciclismo o fuera, ojalá le vaya bien. La decisión de pararse a pensar le honra. Mucha suerte, Tom. 

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