Alaphilippe vuelve a deslumbrar en el Tour




Hay corredores que engrandecen el ciclismo cada vez que se ponen un dorsal, cada vez que se suben a una bicicleta. Julian Alaphilippe es uno de ellos. El campeón del mundo no se esconde nunca y hoy ha conseguido una extraordinaria victoria en la primera etapa del Tour de Francia, lo que supone que mañana vestirá de amarillo como primer líder de la Grande Boucle, la carrera ciclista más importante del mundo, la que nos mantendrá con la mente puesta en Francia las tres próximas semanas a todos los amantes del ciclismo y a muchos seguidores esporádicos de este deporte que quizá no estén al tanto de cada carrera del año, pero que cada mes de julio se dejan atrapar por la belleza y la emoción del Tour. 


Alaphilippe, que hace poco ha sido padre y quería dedicar la victoria a su hijo, era uno de los hombres a seguir en esta jornada, con el final en la exigente Côte de la Fosse aux Loups, la cota del pozo de los lobos. La lista de rivales era extensa y de mucho nivel: Mathieu Van der Poel, Primoz Roglic, Michael Matthews, Wout Van Aert... Pero a Alaphilippe nunca le intimida ser favorito, porque casi siempre lo es, porque rara es la carrera en la que no es el corredor más vigilado. Hoy, para variar, tenía puestas sobre él las miradas de todos y, como acostumbra, le dio igual. La parte más dura de la cota, de tres kilómetros de subida, estaba en el comienzo y  fue precisamente allí donde D’Artagnan lanzó un demarraje demoledor que nadie pudo seguir. 


Estaba lejos y esos más de dos kilómetros que quedaban por delante podían hacérseles largos, pero Alaphilippe supo medir sus fuerzas y llegar a meta en solitario, triunfal, con tiempo para llevarse un dedo a la boca, simulando un chupete, y dedicarle la victoria a su retoño, igual que hace un año le dedicó su triunfo en el Tour a su padre, que acababa de fallecer. Ni Pierre Latour, que saltó a por él, ni la dupla de favoritos eslovenos a ganar la carrera, Primoz Roglic y Tadej Pogacar, quienes también intentaron llegar a su altura, fueron capaces de dar caza al corredor del Deceuninck-Quick Step. Alaphilippe vuelve a vestirse de amarillo, algo que empieza a convertirse en una tradición, y mañana lo defenderá en otra nueva atractiva etapa por la Bretaña francesa, con final en el Muro de Bretaña. 


Lamentablemente, el día también ha estado marcado por las caídas, en las que se han visto envueltos muchos corredores. Es más, el propio Alaphilippe se fue al suelo hoy, antes de reponerse y lograr su gran triunfo. Dijo Einstein que sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana. “Y del universo no estoy seguro”, añadió. Por desgracia, hoy en el Tour hemos visto un mayúsculo acto de estupidez humana. A falta de algo menos de 59 kilómetros se produjo una estremecedora caída por culpa de un espectador con un cartel que estaba más pendiente de la cámara de televisión que de los ciclistas. Impresentable. Su imprudencia causó una montonera terrible en la que se vieron envueltos, entre otros, Tony Martin, Marc Soler, Miguel Ángel López, Wout Van Aert, Marc Hirschi, Caleb Ewan y Jack Haig. El peor parado fue Sutterling, que tuvo que abandonar. Toda una temporada preparándose para correr el Tour y llega una persona estúpida que causa una caída y te obliga a abandonar. Terrible.  


Por desgracia, a falta de 7,5 kilómetros para el final se produjo otra caída, esta no causada por nadie del público, sino más por la tensión que ya para entonces se sentía en el pelotón. Fue una caída aún más numerosa que la anterior. Chris Froome, que volvía a la carrera que ha ganado cuatro veces después de dos años de ausencia, precisamente, por culpa de una caída, fue uno de los damnificados. Sufrió mucho, pero se puso en pie, volvió a subirse a la bicicleta y llegó a meta a quince minutos. Veremos si puede continuar o no, pero la admiración hacia este hombre y la pena por su mala suerte no dejan de crecer. También se cayeron, entre otros, Ion Izagirre, Miguel Ángel López, otra vez, y Richie Porte. Superman López llegó a meta con casi dos minutos perdidos y visiblemente doloridos. El año pasado también empezó el Tour sufriendo una caída. La mala suerte se ceba con él de nuevo. 


En el grupo delantero, el que llegó tras el inalcanzable Alaphilippe, entraron, entre otros, Primoz Roglic (tercero, con cuatro segundos de bonificación), Pogacar, Wilko Kelderman, David Gaudu, Sergio Higuita, Geraint Thomas, Enric Mas, Rigoberto Urán, Vincenzo Nibali, Peio Bilbao y Jakob Fuglsang. Richard Carapaz cedió apenas cinco segundos con el grupo de los favoritos, mientras que Porte, afectado en la caída, se dejó cerca de dos minutos. Esta tarde-noche será larga en el Tour, comprobando quiénes son todos los damnificados de las caídas y qué efectos tendrán en su continuidad en la carrera. 


Más allá de los grandes protagonistas del día, como siempre, el Tour ha contenido otras batallas, otros duelos, que se pueden considerar menores, pero que también le dan grandeza a esta carrera y a los que cada ciclista implicado le conceden una gran importancia. Hubo batalla, por ejemplo, para la formación de la primera escapada de este Tour, que finalmente compusieron Anthony Pérez (Cofidis), Danny Van Poppel (Intermarché-Wanty), Ide Schelling (Bora), Franck Bonnamour (B&B Hotels), Cristian Rodríguez (Total Direct Energie) y Connor Swift (Arkea). El Alpecin-Fenix de Van der Poel y el Deceuninck-Quick de Alaphilippe tiraron, con el Ineos en bloque muy pendiente. También hubo una enorme batalla por los puntos de la clasificación de la montaña entre los fugados, como si fuera algo importantísimo, porque naturalmente lo es para ellos. A 82 kilómetros atacó Schelling y dejó atrás a todos sus compañeros de fuga. Con ello consiguió, de hecho, el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña. Menor o secundario para muchos, pero importante de verdad. También asistimos a gran duelo en el sprint intermedio, en el que se impuso Ewan ante Sagan.




Mañana, segunda etapa, de nuevo con un perfil agitado y con doble paso por el Muro de Bretaña en la parte final.

 



Alaphilippe cuenta con 12 segundos de ventaja en la general sobre Matthews, 14 segundos sobre Roglic y 18 segundos sobre el resto de ciclistas que entraron en el grupo de los favoritos. 

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