Philipsen logra para el Alpecin un triplete en grandes vuelas




Los equipos de la primera división del ciclismo suelen ser los protagonistas de las grandes vueltas por etapas, pero a veces hay excepciones en las que las formaciones de menor categoría se imponen a las grandes potencias. Es el caso del Alpecin-Fenix, mucho más que el equipo de Mathieu Van der Poel. La escuadra se ganó la presencia en las tres grandes (Giro, Tour y Vuelta) gracias a lograr ser la campaña pasada el mejor equipo de la segunda división. Ha aprovechado con creces esa presencia, ya que en las tres un ciclista del Alpecin-Fenix se ha llevado el triunfo en la segunda etapa. En el Giro de Italia fue Tim Merlier; en el Tour de Francia, Van der Poel, y hoy, en el barrio del Gamonal, en Burgos, ha sido Jasper Philipen quien ha ganado la segunda etapa de la Vuelta. Triplete histórico para el equipo. Un logro al alcance de muy pocos equipos de la teórica segunda categoría del ciclismo. 

Los pequeños, que son pequeños gigantes en ocasiones, también tiene mucho que decir en las grandes vueltas. Hoy, con la etapa transcurriendo de nuevo por tierras burgalesas, la presencia de algún ciclista del equipo de casa, el Burgos BH, era obligada. Ha sido Diego Rubio quien ha representado a la formación en la escapada y el que más lejos ha llegado, tras dejar atrás a sus compañeros de fuga. Junto a él, otros representantes de escuadras con invitación para correr la Vuelta, que saben bien que deben aprovechar cada ocasión que se les presente para lucir su maillot y dejarse ver: Sergio Martín (Caja Rural-Seguros RGA) y Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi). 

Ellos han animado una etapa que, por lo demás, ha sido la clásica jornada de transición. Ha estado a punto de ser una primera etapa en línea sin caídas, todo un logro en la grandes vueltas, pero a cuatro kilómetros del final se produjo una montonera. Por culpa de esa caída, Adam Yates se ha dejado 31 segundos en meta; Jack Haig, Hugh Carthy y Mark Padun, 38 segundos, y Maximilian Schachmann, más de dos minutos y medio. Quien seguro que no se vio envuelto en esa caída fue Tom Pidcock, que perdió contacto con el grupo poco antes. 


El sprint intermedio del día ha estado animado, ya que Alex Aranburu, que estaba a sólo seis segundos del liderato de Primoz Roglic y que vestía, de prestado, el maillot verde de líder de la regularidad, se metió en el sprint con el doble objetivo de los segundos de bonificación y los puntos de la regularidad. Quedó segundo, sólo por detrás de Jakobsen, por lo que arañó dos segundos en la general y se situaba líder provisional de la regularidad. El español de Astana entró en la volata final para intentar incluso recortar más tiempo y garantizarse esa clasificación, pero finalmente el ganador de la etapa, Philipsen, es el nuevo líder de la regularidad y vestirá mañana de verde. El ciclista del Alpecin se impuso en meta al propio Jakobsen y a Michael Matthews. 




Mañana, tercera etapa y primer final en alto de esta Vuelta, con desenlace en el Picón Blanco, que hace sólo unos días fue también escenario de una etapa de la Vuelta a Burgos que ganó Romain Bardet (presente en la carrera), aunque esa vez la etapa no terminó en alto. Será la primera ocasión para ver batirse en duelo a los favoritos a ganar esta carrera que concentra casi toda su dureza en las dos ultimas semanas de competición. 

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