21 ciclistas de 2021 (I): Primoz Roglic

 

Se acerca el final de 2021, que ha sido un año extraordinario de ciclismo, y en el blog lo vamos a despedir con 21 artículos dedicados a sendos ciclistas. Probablemente no estarán todos los que han sido protagonistas de la temporada, pero desde luego sí son grandes nombres del año los que estarán en esta serie que hoy empezamos. El orden de los corredores, por cierto, es aleatorio. Empezamos, pues, con Primoz Roglic, que ha logrado trece victorias en lo que va de año y ha vuelto a ser uno de los principales corredores del año
Roglic estrenó su palmarés este año en la París-Niza, donde dominó la carrera a su antojo y ganó tres etapas hasta que, fiel a esa historia de infortunios que le acompaña y que le ha hecho aún más grande, sufrió una caída y se quedó descolgado en la jornada final, lo que provocó que terminara perdiendo el triunfo en la general. Maximilian Schachmann se llevó finalmente ese triunfo final. El contador de victorias de Roglic se amplió en la Vuelta al País Vasco, donde sí ganó la general y una etapa. Allí batió a Tadej Pogacar en el primer duelo que mantenían esta temporada los dos corredores eslovenos llamados a verse las caras en el Tour de Francia. 

La suerte no acompañó a Roglic en la ronda gala, donde las consecuencias de una caída le obligaron a abandonar y dejaron a Jonas Vingegaard como jefe de filas del Jumbo-Visma. Como siempre, Roglic no se rindió, todo lo contrario, se creció ante la adversidad. Se preparó para volver a ganar y lo hizo, a lo campeón, en la prueba contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde se llevó el oro. 

Aún faltaban unos cuantos recitales del exsaltador de esquí, que dominó como quiso un año más la Vuelta Ciclista a España. Triunfo final y cuatro etapas. Nada pudo hacer Enric Mas ante el poderío de Roglic, amo y señor de la carrera, que conquistó por tercer año consecutivo. Majestuoso, imperial, intocable. Culminó su año con dos victorias en las clásicas italianas de final de temporada, el Giro de Emilia y la Milán-Turín. Un año casi perfecto en el que Roglic volvió a dar una lección de profesionalidad. Se cayó y se volvió a levantar, como en el Tour del año pasado, que perdió el penúltimo día ante Pogacar. Como siempre. Roglic sigue construyendo esa leyenda de ciclista duro que nunca se rinde y que engrandece con su pundonor y su calidad el ciclismo moderno. 

Mañana, Annemiek Van Vleuten. 

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