Roosen vence tras un accidentado final




Un badén situado a falta de menos de un kilómetro de la meta de la segunda etapa de la Vuelta a Burgos ha provocado una terrible caída. Un error organizativo, especialmente dado que el final era cuesta abajo y se marchaba muy rápido. El ciclista que se fue al suelo fue David Dekker, del Jumbo-Visma, para quien estaban trabajando sus coequipiers, ya que era la baza del equipo para ganar la etapa. Precisamente tres compañeros de Dekker en el equipo neerlandés,   Tino Roosen, Edoardo Affini y Chris Harper, se quedaron solos en cabeza a causa del corte provocado por la caída que afectó a su sprinter. La etapa la ganó Roosen, que celebró la victoria en el acaloramiento del momento, aunque bien podría haber sido un poco más discreto teniendo en cuenta las circunstancias. 


Es una pena que el día haya terminado así, con casi todo el pelotón cortado por culpa de esa caída, ya que la etapa estaba siendo muy entretenida. Parecía como si los ciclistas conocieran la expresión “tomar las de Villadiego” porque camino de esta localidad burgalesa no cesaron los ataques.  La fuga inicial, que volvió a ser la misma que la de ayer, con Jesús Ezquerra (Burgos BH), Xabier Mikel Azparren (Euskaltel-Euskadi) y Diego Pablo Sevilla (Eolo Kometa) como protagonistas, fue sólo el comienzo, ya que el desenlace de la etapa fue muy agitado. 


Un repecho a falta de ocho kilómetros de meta animó a Tao Geoghegan Hart, tercero en la general, a atacar. Se pegó a su rueda el líder, Santiago Buitrago, que respondió muy bien al movimiento del vencedor del Giro de hace dos años. Después lo intentó Vincenzo Nibali, genio y figura. Se sucedieron los ataques y también lo probó, entre otros muchos, Miguel Ángel López. A dos kilómetros del final lo intentó otra vez Geoghegan Hart,, aunque volvió a ser cazado


Como la caída se produjo dentro de los tres kilómetros finales no se tuvieron en cuenta las diferencias de cara a la general, por lo que Buitrago sigue líder. 




Mañana, jornada de montaña, con ascensión al Picón Blanco, de categoría especial, a 36 kilómetros del final. Más cerca aún de meta se sitúa el Alto de Bocos, de tercera categoría. 

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