Pogacar, caníbal del siglo XXI, sentencia el Tour

Cuando escucho a las personas que vieron correr a Eddy Merckx, el mejor ciclista de todos los tiempos, siempre he sentido una lógica envidia. Oigo hablar de un ciclista que ganaba en todos los terrenos, que nunca veía saciada su sed de victorias, que tenía el triunfo como rutina. Me sonaba casi a ciencia ficción, pero todo eso que escucho me resulta familiar desde hace unos años. Porque, sí, Tadej Pogacar es el caníbal del siglo XXI, el mejor ciclista que muchos hemos visto correr en toda nuestra vida, un corredor legendario que nos hace sentirnos inmensamente afortunados de poder verlo correr. 

Comparar épocas distintas del ciclismo no tiene mucho sentido, pero es imposible encontrar en las crónicas del ciclismo gestas semejantes a las de Pogacar después de los tiempos de Merckx. Y en esa liga juega el esloveno prodigioso. En el Olimpo de este deporte, tuteando a Merckx, corriendo ya no para ganar esta o aquella carrera, sino para agrandar su leyenda. No corre contra sus rivales o para ampliar su palmarés, sino para la historia y, eso siempre, también para divertirse. Porque nunca deja de divertirse encima de una bicicleta. Se divierte él y nos hace divertirnos a los aficionados. No se puede amar el ciclismo y no admirar a este ciclista risueño que gana por costumbre y que hoy ha sumado un nuevo triunfo de etapa en el Tour, donde acaricia su tercera victoria ya en la general. 

Tras su victoria ayer, hoy los Pirineos han vuelto a ser el escenario del enésimo episodio del duelo entre Pogacar y Jonas Vingegaard, que hoy ha intentado recortar tiempo con el líder y ha corrido como el campeón que es, pero nada ha podido hacer ante el mejor ciclista del mundo. El danés ha hecho todo lo que ha estado en su mano para intentar recuperar parte del terreno perdido ante Pogacar, para defender su corona, pero va camino de ser destronado. Hoy Vingegaard puso a trabajar a su equipo, el Visma-Lease a Bike, desde muy pronto, lo que dejaba claras sus intenciones. 

Matteo Jorgenson hizo un gran trabajo para Vingegaard en el Plateau de Beille. Ese ritmo exigente al frente del grupo hizo que se fueran descolgando más y más ciclistas. Casi nada más empezar el puerto se quedaron João Almeida y Giulio Ciccone. A 11 kilómetros se descolgó Carlos Rodríguez. El grupo se reducía más y más. Vingegaard atacó a falta de 10,5 kilómetros. Desde lejos. A lo campeón. Con todo. Pogacar se soldó a su rueda sin el menor problema.

Vingegaard y Pogacar llegaron en un suspiro a la cabeza de carrera. El danés marcó el ritmo más alto del que fue capaz, mientras que el esloveno seguía a su rueda, lógicamente, sin darle ningún relevo y preparándose para atacar y ganar en solitario. Carapaz se pudo soldar a su rueda, pero sólo unos pocos metros. El esloveno y el danés juegan en otra liga. A cinco kilómetros del final, Pogacar reventó a Vingegaard. Llegó el ataque esperado, el imparable cambio de ritmo marca de la casa. Y ni siquiera pudo hacer ademán Vingegaard de responderlo. Hizo todo lo que está en su mano, y fue mucho. Nada que objetar. Prueba de ello es que el danés amplió la ventaja respecto a Remco Evenepoel y el resto de rivales, pero Pogacar es mucho Pogacar, el caníbal del siglo XXI, el mejor ciclista del mundo. 

Las diferencias hablan por sí solas. Pogacar ha sacado 1:08 a Vingegaard, 2:51 a Evenepoel, 3:54 a Mikel Landa (landismo a saco en este Tour, qué carrerón), 4:43 a João Almeida, 4:56 a Adam Yates (sí, tres ciclistas del UAE entre los seis mejores de la etapa), 5:08 a Santiago Buitrago y a Carlos Rodríguez… Impresionante. Tras esta nueva victoria, Pogacar es mucho más líder del Tour. Queda una semana cargada de jornadas de montaña y con la crono final en Niza, pero, seamos sinceros, en condiciones normales, la victoria parece sentenciada. Y el podio, la verdad, también. El esloveno prodigioso aventaja en 3:09 a Vingegaard, en 5:19 a Evenepoel, en 10:54 a Almeida, en 11:21 a Landa, en 11:27 a Rodríguez, en 13:38 a Adam Yates, en 15:48 a Giulio Ciccone, en 16:12 a Derek Gee y en 16:32 a Buitrago, que completa el top 10. Diferencias enormes. 

Pogacar no ha dejado ni las migajas a nadie, pero hoy durante buena parte de la etapa parecía que la victoria parcial podía estar en la fuga. Eso, claro, estando el caníbal del siglo XXI en liza, nunca se puede decir. Porque Pogacar lo quiere todo y logra casi todo lo que quiere. Y hoy quería fiesta, cuándo no. La etapa empezaba con la subida al Peyresourde de salida. Por ello hubo ataques desde el principio. Los velocistas también se cortaron nada más empezar. Uno de los primeros intento tal de fuga fue el de Paul Lapeira (Decathlon- Ag2r), campeón francés en el día de la fiesta nacional francesa, comme il faut. En realidad fue un simple espejo sito y poco después de ese tímido amago, se quedó cortado. David Gaudu (Groupama-FDJ), Oier Lazkano (Movistar) y Romain Bardet (DSM) esprintaron por entrar primeros en la cima del Peyrespurde. Se impuso Gaudu, que le le devolvió a Lazkano lo de ayer en el Tourmalet. En el descenso se fueron los tres hacia adelante, pero terminaron siendo cazados. Aún quedaban por delante el Col de Menté, el Col de Portet-d’Aspet, el Col d’Agnes y Plateau de Beille

Luego se formó un corte muy numeroso con fuerte presencia del Red Bull-Bora y del Movistar respaldando a sus líderes, Jai Hindley, jefe de filas del equipo después de la retirada de Primoz Roglic, y Enric Mas, que desde pronto se vio que no podía aspirar a la general. Fue una fuga de 21 que completaron además de ellos dos Michael Matthews (Jayco AlUla), Michal Kwiatkiowski (Ineos), Julien Bernard (Lidl-Trek), Nans Peters (Decathlon-Ag2r), Nico Denz (Red Bull-Bora), Bob Jungels (Red Bull-Bora), Lenny Martínez (Groupama-FDJ), Rui Costa (EF), Jakob Fuglsang (Israel), Guillaume Martin (Cofidis), Alex Aranburu (Movistar), Davide Formolo (Movistar), Gregor Mühlberger (Movistar), Louis Meintjes (Intermarché-Wanty), Biniam Girmay (Intermarché-Wanty), Magnus Cort (EF), Tobias Halland Johannessen (Uno-X), Mathieu Burgaudeau (TotalEnergies) y Jordan Jegat (TotalEnergies). En el Col de Menté saltó desde el pelotón Richard Carapaz (EF), que hoy ha sido el más fuerte de la fuga y que posiblemente sin Pogacar en liza, habría ganado la etapa. Luego llegaron Ben Healy (EF), Javier Romo (Movistar), Oscar Onley (DSM), Laurens De Plus (Ineos) y Matteo Sobrero (Red Bull-Bora). 

En el Col d’Agnès se quedaron por delante Hindley, Mas y De Plus, mientras que Healy se quedó para ayudar a su líder Carapaz, que después llegó con extraordinaria facilidad al terceto de cabeza. En el descenso llegó a su altura Johannessen. Los cinco abrieron camino y llegaron en cabeza al puerto final, pero por detrás se gestaba ya el ataque inicial de Vingegaard, valiente y decidido, y la posterior respuesta de Pogacar, demoledora, inalcanzable, de otro planeta. Un día más en la oficina para el esloveno prodigioso. Otro día para el recuerdo. 


Comentarios

Javier ha dicho que…
De acuerdo que Pogacar es el más valiente, el más guerrero, el más grande, pero viendo que el año pasado en la crono Vingengaard le metió casi 2 minutos y le ganó el Tour, queda la esperanza de que veamos sufrir a Pogacar, por los esfuerzos tan grandísimos que lleva haciendo desde el Giro, y pueda ajustarse un poco la clasificación para la última crono. Cuando veo los continuos sobresfuerzos de Pogacar pienso en Miguelón, porque los humanos somos humanos.
Alberto Roa ha dicho que…
Hola, Javier. Muchas gracias por leer y comentar. Desde luego, lo que está claro es que Vingegaard lo intentará hasta el final.