Vingegaard, la criptonita de Pogacar




 Todo el mundo sabe que el agua moja, que dos más dos son cuatro, que cada cuatro años es bisiesto en el calendario gregoriano y que cuando Tadej Pogacar ataca nadie lo alcanza… salvo cuando tiene enfrente a Jonas Vingegaard. Lo mismo cabe decir de un final en un sprint reducido en una gran vuelta en el que está envuelto Pogacar. El esloveno gana siempre, salvo si tiene enfrente al danés. Hoy, de hecho, por primera vez, Pogacar ha perdido un sprint por la etapa en el Tour. Y lo ha hecho ante Vingegaard, a quien había sacado 30 segundos, pero que logró alcanzarlo, primero, y derrotarlo en meta, después. Es un golpe psicológico enorme para Pogacar, que sigue líder, pero que ha comprobado la enorme fortaleza de Vingegaard, la dimensión mayúscula del reto que tiene por delante.

Define el diccionario de la RAE el término criptonita en su primera acepción: “en los cómics, películas, etc., del superhéroe Supermán, sustancia que debilita al protagonista y anula sus poderes” y, en su segunda acepción como “persona o cosa que neutraliza o merma las cualidades principales de algo o de alguien”. Pogacar tiene mucho de superhéroe y, claramente, su única criptonita conocida es Vingegaard. Hoy se ha reflejado con claridad en la impresionante undécima etapa del Tour. 

Lo habitual cuando Pogacar ataca, en efecto, es que se vaya solo y firme una exhibición en meta. Y, por momentos, parecía que hoy también ocurriría en el Tour cuando el ciclista esloveno atacó a falta de 600 metros de la cima del Puy Mary Pas de Peyrol, el puerto más duro del día, de primera categoría. Nadie pudo responder a su demarraje, tampoco Vingegaard. Pogacar se lanzó en el descenso y parecía, en efecto, que hoy sí podría sacar tiempo a Vingegaard, lo que no logró por más que intento en la etapa de los caminos blancos del domingo, lo que tanto le cuesta siempre.

Pero Vingegaard, ganador de las dos últimas ediciones del Tour, fue recortando distancias con el líder de la carrera. Esos 30 segundos pasaron a 25. Luego a 20. Diez. Y justo antes de coronar el Col de Pertu, el danés dio caza al esloveno. Otra vez su peor pesadilla. Otra vez su criptonita. Otra embestida abortada por Vingegaard, sin equipo, él solo, y apenas tres meses después de la espantosa caída sufrida en la Itzulia en la que el danés llegó incluso a temer por su vida. Por detrás, Remco Evenepoel y Primoz Roglic, que se confirma como los más firmes candidatos a las otras dos plazas del podio. 

Pogacar es líder de la carrera, pero se ve impelido a atacar. Porque él sólo sabe correr al ataque y no sabe qué es eso de ir a la defensiva, por supuesto. Por su admirable carácter, sin duda. Pero también porque sabe perfectamente la solvencia y fortaleza del rival que tiene enfrente. Porque sabe que no puede confiarse jamás ante Vingegaard. Pogacar es líder y, como mínimo, tan favorito como Vingegaard, quizá incluso después de lo visto hoy, es más favorito que él, incluso. Pero Vingegaard va de menos a más. Y Pogacar ya sabe por el año pasado y por el anterior lo que es chocarse frente al muro del líder del Visma. No puede fiarse Pogacar y hace bien. Hay una guerra también psicológica entre ambos y hoy la victoria, también en ese sentido, ha sido para Vingegaard.

El corredor danés se ha emocionado en meta tras ganarle a Pogacar un sprint y alcanzarlo después de su ataque, algo que nadie sobre la faz de la tierra ha logrado nunca, algo propio de otro planeta. Se confirma el vigente ganador del Tour como la auténtica criptonita auténtica para Pogacar, un superhéroe habitualmente intocable salvo cuando llega julio y se enfrenta a Vingegaard en las carreras francesas. La victoria es especial por muchas razones. Por el recuerdo de lo mal que lo ha pasado tras la caída en Euskadi. Porque él mismo dice que no esperaba estar tan fuerte a estas alturas de carrera. Por lo que tiene de triunfo moral ante Pogacar. Por mil razones.

La general sigue con Pogacar al frente, ahora con 1:06 se ventaja sobre Evenepoel, al que los dos favoritos han sacado apenas 25 segundos en meta, y con 1:14 sobre Vingegaard. Más lejos queda ya Roglic, quien se fue al suelo pero al que dieron el mismo tiempo que a Evenepoel por la regla de los tres últimos kilómetros. Ahora el esloveno del Red Bull-Bora es cuarto en la general a 2:45. Le sigue João Almeida, que un día más ha hecho un trabajo excelente para Pogacar, y ahora es quinto en la general a 4:20.

Más ha sufrido hoy  Carlos Rodríguez, que se ha dejado 1:55 en la etapa y es sexto en la general a 4:40. Completan el top 10 Mikel Landa (séptimo a 5:58), Adam Yates (octavo a 6:59), Juan Ayuso (que hoy se ha dejado más de cuatro minutos y medio y es noveno en la general a 7:09) y Giulio Ciccone (décimo a 7:36 tras su sensacional etapa de hoy). 

La derrota de Pogacar ante Vingegaard es dolorosa para el esloveno, a pesar de conservar el amarillo, porque el danés le ha dado alcance tras un ataque, algo a lo que no está nada acostumbrado; porque lo ha derrotado al sprint, algo también muy infrecuente, y también porque el UAE hizo un trabajo sensacional para él. Endureció la carrera, no le dio ninguna opción a la escapada, que era de mucho nivel, y preparó a la perfección el terreno para el movimiento de su líder. Llegó el ataque y Pogacar se fue en solitario, pero Vingegaard estaba dispuesto a recordarle que es su criptonita, que no neutraliza sus cualidades, pero sí le hace parecer humano. El duelo, uno de los mejores de la historia del Tour, continúa


La escapada del día la formaron Ben Healy (EF), Richard Carapaz (EF), Oscar Onley (DSM), Paul Lapeira (Decathlon-Ag2r), Oier Lazkano (Movistar) y Mattéo Vercher (TotalEnergies), perseguidos por por Guillaume Martin (Cofidis), Julien Bernard (Lidl-Trek), Bruno Armirail (Decathlon-Ag2r) y Romain Grégoire (Groupama-FDJ). Se fue en solitario Lazkano, pero el UAE nunca dejó hacer a la fuga. Enric Mas no está respondiendo claramente en la lucha por la general, hoy se ha dejado diez minutos, pero el equipo telefónico está haciendo una muy buena carrera en la búsqueda de etapas. 


Tanto mañana como pasado mañana, volverá a ser turno para los velocistas. Ojalá alguien ataque al menos y lo vivamos jornadas tan sosas como la mayoría de las etapas llanas de este Tour. 

En el Giro de Italia hoy la escapada ha tenod premio. La fuga la formaron  Carmela Cipriani, Silvia Zanardi, y Alice Palazzi. Saltaron a por ellas Tota Magalhaes y Clara Emond. Esta última se fue en solitario hacia adelante y, tras más de 100 kilómetros en fuga, logró la victoria de etapa. 

Elisa Longo Borghini sigue líder. 

Elisa Longo Borghini sigue líder. 

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