McNulty sorprende y Roglic saca tiempo


 No sé a quién se le ocurrió disponer un espacio en meta en las contrarrelojes para que se sitúe el ciclista que marca el mejor tiempo provisional, pero hay que reconocerle que fue una gran idea, muy cinematográfica. El corredor se sienta en la silla caliente a esperar la llegada del resto de corredores. Cuando alguien mejora su tiempo, se levanta y le cede el asiento. Hoy en la contrarreloj individual que ha abierto la Vuelta Ciclista a España en Lisboa, la silla caliente del vencedor provisional de la etapa ha cambiado varias veces de dueño, aunque el vencedor final, Brandon McNulty, no llegó a tiempo de sentarse en ella porque fue el penúltimo corredor en cruzar la meta

El viento, muy fuerte y muy presente a lo largo de la etapa, ha condicionado la jornada. En parte por eso, varios equipos decidieron que sus favoritos salieran inusualmente pronto. Fue el caso, entre otros, de Enric Mas, Antonio Tiberi, Richard Carapaz, Ben O’Connor o Mattias Skjelmose. 

El primer corredor en tomar la salida y, por tanto, claro, el primero en marcar el mejor tiempo, fue Luis Ángel Maté, que este año cuelga la bicicleta. El ciclista andaluz del Euskaltel-Euskadi, que se ha ganado el cariño del público todos estos años, no estuvo mucho tiempo sentado en esa silla caliente. Edoardo Affini sí marcó un tiempazo muy pronto y se pasó casi toda la etapa sentado en la silla del ganador provisional de la etapa, esperando para ver si alguien lo echaba de esa posición o no. Joshua Tarling estuvo a punto de mejorar su tiempo, pero por menos de un segundo no lo logró, lo que dio esperanzas a Affini. Matthias Vacek sí marcó el mejor tiempo tras volar a 57 kilómetros por hora.

Soñó el joven Vacek, de 22 años, con la victoria de etapa, pero faltaban aún grandes contrarrelojistas por cruzar la meta. Brandon McNulty mejoró su tiempo en dos segungks, mientras que Wout Van Aert, el último en tomar la salida, cedió tres segundos con el estadounidense. McNulty es, por lo tanto, el primer líder de la Vuelta y mañana vestirá el maillot rojo. 

En lo que respecta a la lucha por la general, Primoz Roglic terminó octavo y cedió 17 segundos con McNulty, pero sacó tiempo a todos los demás aspirantes. El esloveno, que busca ganar su cuarta Vuelta e igualar a Roberto Heras como el ciclista con más victorias en la ronda española, ha sacado dos segundos a João Almeida, cinco segundos a Mattias Skjelmose, diez segundos a Antonio Tiberi, 14 segundos a Tao Geoghegan Hart, 17 segundos a Adam Yates, 22 segundos a Enric Mas, 23 segundos a Richard Carapaz, 25 segundos a Isaac Del Toro, 28 segundos a Cian Uijdebroecks, 29 segundos a Carlos Rodríguez, 35 segundos a Sepp Kuss, 37 segundos a Giulio Ciccone y 47 segundos a Mikel Landa

No son diferencias abismales, pero no está nada mal para tratarse de una contrarreloj de apenas doce kilómetros. Roglic protagonizó el jueves la anécdota de la presentación de los equipos. Llegó tarde, no le dio tiempo a subir al podio con sus coequipiers. Luego subió, con toda la calma, bien relajado, y declaró, bromeando, que quería el escenario para él solo. Esto es una boutade, pero Roglic empezó a ganar un poco la Vuelta en ese momento. Se lo ve muy tranquilo en la Vuelta, parece otro. Sonríe, está relajado, gasta bromas. Así como en el Tour está tenso y siempre alerta, en la Vuelta se ve a un Roglic distinto. Hoy ha sacado tiempo a todos sus rivales y ya el jueves dejó claro que viene con la moral y el ánimo por las nubes. 


Mañana la preciosa Cascais acoge la salida de la segunda etapa, que posiblemente se resuelva al sprint, aunque una cota de cuarta categoría podría animar el final de la jornada. 

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