Comparativa Giro, Tour y Vuelta, el año de las diferencias

Presentado ya el recorrido de la Vuelta Ciclista a España 2015, podemos hacer una comparativa entre las tres grandes carreras por etapas del calendario. Y la primera conclusión clara es que este año es quizá uno de los que presenta más marcadas diferencias entre las apuestas de los organizadores de Giro, Tour y Vuelta. Todos los años hay matices distintos en cada gran vuelta pero, sin duda, esta temporada las diferencias son mayores. El peso de la contrarreloj, por ejemplo. En el Tour de Francia, como saben, esta disciplina tendrá un papel secundario, pues sólo se disputará una crono individual de 13,7 kilómetros el primer día de carrera y otra por equipos en la novena etapa. Ahí acaba la lucha contra el reloj en el Tour 2015. Poco que ver con el Giro de Italia, que este año es el que incluye más kilómetros de lucha contra el crono, pues el primer día de carrera se disputará una crono por equipos de 17,6 kilómetros y en la etapa 14 se correrá una contrarreloj individual casi de las de antaño de 59,2 kilómetros. 

En cuanto a la Vuelta, esquema similar al del Giro en lo que respecta a la contrarreloj, pero con menos peso, pues la crono por equipos del primer día de competición será de apenas 7,4 kilómetros y la única contrarreloj individual presenta un recorrido de 39 kilómetros. Aunque he aquí otra diferencia importante. La contrarreloj de Burgos está situada tras el segundo día de descanso, en la etapa 17, mientras que en el Tour la última crono (la contrarreloj por equipos) llegará tan pronto como en la etapa 9 y  en el Giro se disputará en la 14. No es una cuestión menor ya que, debido a su ubicación en el recorrido, ya en la parte final de la carrera, y visto lo que quedará hasta la conclusión de la ronda, la contrarreloj de la Vuelta puede ser más decisiva que las de Giro y Tour, pues en estos dos casos quedará mucho recorrido montañoso donde recuperar el tiempo perdido. 

Si en algo coinciden las tres grandes este año es en la decisión de buscar una primera semana de carrera entretenida. Creo que en eso la Vuelta Ciclista a España lleva siendo ejemplar estos últimos años. Atrás quedaron los tiempos en los que la primera semana de una gran vuelta sólo nos ofrecía interminables etapas llanas y resoluciones a sprint. En una carrera de tres semanas es importante que en la primera pase algo de nivel y a ello se han dedicado los organizadores de Giro, Tour y Vuelta. En la ronda transalpina, amiga siempre de emboscadas y trampas a diario, las etapas 3 y 4 serán escarpadas, mientras que en la quinta, también de media montaña, llegará el primer final en alto en Abetone. El segundo fin de semana de carrera dejará el primer final en alta montaña de la ronda y otra jornada rompepiernas el domingo. 

En el Tour, emulando el exitoso inicio de carrera del año pasado, la emoción en su primera semana estará repartida entre una etapa con sabor a clásica (el año pasado fueron los muros británicos y esta vez será en la tercera etapa con fina en el mítico muro de Huy), el trepidante y emocionante pavé, que regresa a la ronda gala tras la inolvidable quinta etapa de la edición de 2014 en la que Boom se llevó la victoria y Nibali asestó su segunda dentellada al resto de rivales, finales en alto (el sábado del primer fin de semana de carrera en el Muro de Bretagne) y una crono por equipos que será la última vez que se tenga que poner en marcha los cronómetros en la lucha contra el reloj. 

A partir de ahí llegan las diferencias. Muy marcadas. La Vuelta a España es, sin duda, la gran vuelta que ha concentrado más etapas decisivas en la segunda semana de carrera. Eso tiene un riesgo, y es que se puede llegar al final con todo el pescado vendido, Veremos. Lo que está claro es que el nivel de exigencia de la segunda semana de la Vuelta será extremo con la etapa reina en Andorra (seis puertos encadenados), y el tríptico cantábrico con finales en Alto Campoo, Sotres y Emita de Alba. El Giro, por su parte, introduce en su segunda semana de carrera dos etapas llanas (10 y 13) y otras dos de media montaña (11 y 12), concentrando sus citas claves en el fin de semana. El sábado será la larga contrarreloj individual y el domingo, etapa montañosa con final en  Madonna di Campiglio. Por su parte, el Tour de Francia también reserva buena parte de sus citas clave para la tercera semana de carrera, si bien en la segunda ofrecerá dos exigentes finales en alto en La Pierre Saint Martin (inédito, por cierto, como los nueve finales en cumbre de la Vuelta) y Plateau de Beille, para después atravesar el siempre duro Macizo Central. 

Con el Giro y el Tour queda la sensación de que se reserva el plato fuerte de la montaña para el final. Con la Vuelta, sin embargo, más parece que la cita clave de la última semana de carrera puede ser la contrarreloj de Burgos, que se disputará tras la segunda jornada de descanso. Después de ella habrá montaña, sí, pero ya ningún final en alto. Sobre el papel, la etapa con más entidad para intentar dar la vuelta a la general será la penúltima en la sierra de Madrid. En eso también se parecen desde hace unos años las tres grandes. El penúltimo día de carrera se vive una jornada de alta montaña. En el caso del Giro se ascenderá a Sestriere, tras haber subido antes al Colle Finestr, con tramos de sterrato. El Tour deja para su etapa 20 la ascensión al mítico  L’Alpe d’Huez

Pero, como digo, la concentración de finales en alto es elevada en la tercera semana de carrera en Giro y Tour. La corsa rosa ofrecerá un final en Aprica en la etapa posterior al segundo día de descanso, una jornada de media montaña en la etapa 18, una jornada durísima con final en Cervinia y la mencionada etapa de Sestriere. En resumen, parece claro que todo llegará por decidir a la tercera semana de Giro. En el caso del Tour, algo parecido. Tras la segunda jornada de descanso, final en alto en  Pra Loup, más otro final en alto en la etapa 19 en  La Toussuiere, que se suma a la citada jornada final que concluye en la cumbre de Alpe d´Huez tras ascender el Télégraphe y el Galibier. Tres formas distintas, en suma, de plantear sendas grandes carreras por etapas que a buen seguro nos harán disfrutar esta temporada de grandes momentos de ciclismo. 

Comentarios