Giro de Italia: La fascinante historia de Alfonsina Estrada

Pasado mañana comienza el Giro del centenario, así que acompañaremos los próximos días las noticias sobre la actualidad de la carrera con algunos episodios legendarios, dignos de ser recordados en este siglo de la carrera italiana. Hoy toca hablar de Alfonsina Estradala primera y única mujer que disputó un Giro de Italia masculino, una leyenda fascinante que nos traslada al periodo de entreguerras, los años 20 del siglo pasado.


El Giro de Italia femenino empezó a correrse el año 1988. Se disputa cada año en julio y es una de las pruebas de más relieve del calendario del ciclismo femenino. 64 años antes de que se empezara a correr esta prueba, Alfonsina Estrada, hizo historia en la corsa rosa. La suya es una de las historias más apasionantes de cuantas ha ofrecido la ronda transalpina en sus 99 ediciones. A Estrada le encantaba el ciclismo. Hija de unos campesinos, su padre le regaló una bicicleta a los 10 años. Desde entonces, cada domingo acudía a misa al pueblo de al lado del suyo (Castelfrano Emilia), más por rodar en bicicleta que por motivos religiosos. Corría frente a niños de su edad. Y solía ganar. Rodaba con tal velocidad sobre la bicicleta que se le apodó El Demonio en vestido

Poco a poco, Alfonsina Estrada fue adquiriendo fama y acudió a pruebas ciclistas. Pudo correr el Giro de Lombardía en 1917 y 1918, porque había un vacío legal en el reglamento de la clásica, hoy uno de los cuatro monumentos del ciclismo, sobre la participación de mujeres. También disputó la Milán-Turín y la Milán-San Remo, además de batir el récord de la hora de mujeres. Ganó 36 carreras en la pista. 


Pero su gran hazaña estaba por llegar. En 1924, la participación del Giro, una carrera joven por entonces, ofreció alojamiento y manutención a los valientes que se animaran a participar en la prueba. Entre esos corredores estaba ella, que se inscribió con el nombre de Alfonsin Estrada, y comenzó la carrera italiana con el dorsal 72. Hasta la octava etapa, que terminaba en Peruggia, Estrada corrió sin que nadie se percatara de su engaño. Pero ese día sufrió distintos percances, desde una caída hasta la rotura del manillar. La organización se percató de que con el dorsal 72 estaba participando en la carrera una mujer y la apartó de la prueba, aduciendo que llegó fuera de control.

La aventura de Estrada llegaba a su fin, pero el director de La Gazzetta dello Sport, Emilio Colombo, decide pagarle el alojamiento y la comida para que termine la carrera, en parte porque le fascinó el arrojo de la joven ciclista aficionada, en parte también, quizá, porque veía una historia atractiva que contar en su diario. Lo cierto es que tomó una decisión valiente al apoyar a Estrada, en una época de machismo imperante. Y Estrada terminó aquel Giro de Italia en Milán. En ediciones posteriores volvió a intentar acudir a la prueba, pero los organizadores no se lo permitieron. Estrada siguió vinculada al ciclismo, su gran pasión, al abrir una tienda de bicicletas en Milán. También siguió corriendo y ganó nueve carreras para mujeres en Francia, en los años 40, donde trasladó su residencia. Murió en septiembre de 1959 con 68 años. Alfonsina Estrada, una de las leyendas indiscutibles del Giro de Italia. 

Comentarios