El dilema del Movistar

El Tour de Francia se acerca a un día decisivo, la etapa del próximo domingo, con tramos de adoquín con aires a la París-Roubaix. En total, 21,7 kilómetros de pavés, repartidos en 15 tramos. Un reto titánico para todos los favoritos a ganar la ronda gala, que saben que no la ganarán el domingo, pero que sí pueden perderla. Es un día marcado en rojo en el libro de ruta de todos los equipos, pero especialmente en el Movistar, ya que la escuadra telefónica decidirá después de esa etapa quién será su líder para la general


De puertas para fuera, la convivencia entre Nairo Quintana, Mikel Landa y Alejandro Valverde es correcta. Pero a nadie se le escapa que la situación del Movistar es compleja. Es un bendito problema, claro, porque mejor es tener que decidirse entre varios líderes que no tener ninguno claro. Pero no deja de ser conflictivo. La historia del ciclismo está plagada de convivencias complejas entre dos corredores que aspiran a ser jefes de filas. Que se lo pregunten a Contador, cuando Armstrong volvió a la competición, o al propio Landa, quien fue frenado en el Giro de 2015 y en el Tour del año pasado, por órdenes de equipo. 

Quintana lleva años siendo el líder del Movistar y lo primero que hizo cuando se conoció el fichaje de Landa fue darle la bienvenida recordando que él era el líder de la escuadra. El corredor vasco, por su parte, se fue del Sky a lo Scarlett O'Hora, poniendo al Tour por testigo de que jamás volvería a ser gregario de nadie. Y ahora aquí están ambos, ambicionando ganar el Tour, pero con otro gallo en el corral. Otros dos si contamos a Valverde, quien siempre corre mejor en las grandes vueltas cuando no es él el único que carga con la responsabilidad de liderar el equipo. Valverde puede ser una tercera baza interesante para el Movistar dentro de la carrera, y también fuera de ella el corredor veterano que sirva de nexo de unión y de conciliador entre Landa y Quintana, si hay momentos de rivalidad interna. 

El equilibrio en el Movistar es precario, como demostró la polvareda que levantaron las declaraciones de José Luis Arrieta, director del Movistar, a la web del Tour, que después él desmintió. En ellas, presuntamente, Arrieta afirmaba que el líder del equipo es Quintana. Esas declaraciones no le sentaron del todo bien a Landa. Da la sensación de que el año que viene uno de los dos podría salir del equipo. Pero es pronto para hablar de ello. Y, sobre todo, conviene confiar en la profesionalidad de ambos, ya que ningún equipo puede presumir de contar con tantas bazas para la general, lo cual puede ser un hándicap por la delicada gestión de los egos, pero debería ser una ventaja.  

De momento, Alejandro Valverde es el ciclista del Movistar mejor situado en la general, octavo a a 51 segundos de Greg Van Avermaet. Mikel Landa es duodécimo a 55 segundos y Nairo Quintana, afectado por el pinchazo que sufrió al comienzo de la carrera, es vigésimo séptimo a 2:10 del líder. El adoquín de Roubaix espera para decidir quién liderará al equipo pero, pase lo que pase (salvo catástrofe), el Movistar podrá jugar con varias bazas en la lucha por el amarillo. Los antecedentes de bicefalias en un equipo no son muy halagüeños, pero el tiempo dirá si esta vez es diferente. 

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