Recuerdos ciclistas (XIV): El regreso de la Vuelta a Euskadi

33 años llevaba la Vuelta sin transitar por Euskadi cuando al fin regresó la carrera a uno de los lugares del mundo donde con más pasión se vive el ciclismo. Fue una anomalía que al fin se corrigió en la edición de 2011 de la ronda española. Bilbao fue el lugar elegido para ese regreso triunfal, que salió a pedir de boca para los aficionados vascos, y para cualquier amante de este deporte, ya que el Euskaltel-Euskadi fue protagonista y su líder, Igor Antón, logró una portentosa victoria de etapa en Bilbao, rodeado de la marea naranja. Fue un día muy especial, un maravilloso recuerdo ciclista. 


En esta serie de artículos de recuerdos ciclistas volverá a aparecer pronto, sin duda, la marea naranja, ya que el Euskaltel-Euskadi, que este año además regresa, nos ha ofrecido grandes momentos de ciclismo. Vamos con uno de ellos, del que ya dimos cuenta en el blog, porque para entonces ya estaba abierto. El desenlace fue esa victoria de etapa de Antón, ese triunfo en solitario, que le permitió saborear lo que significa ganar en casa e inscribir su nombre en una jornada inolvidable de ciclismo, el fin de esa anómala ausencia de Euskadi en la Vuelta

En la lucha por la general de la carrera, Chris Froome marchaba psistior detrás de Juanjo Cobo y había cierta expectativa de que el corredor británico intentara asaltar el liderato. Ese era uno de los alicientes de la etapa con final en Bilbao. Froome atacó, pero Cobo se soldó a su rueda, imponente, poderoso, líder sólido que resistió cada embestida del corredor británico.

Anulada esa batalla por la general, quedaba la lucha por la etapa. Y vaya lucha. Igor Antón se metió en la fuga exitosa del día y fue abandonando uno a uno a sus compañeros de escapada, entre otros, Bruseghin y Gorka Verdugo. Rodeado de esa marea naranja de los aficionados vascos al ciclismo, Antón atacó, se fue solo cuando la carretera picaba hacia arriba, en su hábitat natural, hasta que llegó solo y triunfal a las calles de Bilbao

Desde entonces, afortunadamente, la Vuelta ha regresado a Euskadi, allí donde el ciclismo es una religión y cuya orografía ofrece un escenario insuperable. Aquella victoria fue, sin duda, una de las más especiales para Igor Antón, a quien tuve la suerte de entrevistar cuando hacía un programa en OMC Radio, la radio comunitaria de Villaverde. Fue muy amable conmigo, entonces un veinteañero estudiante de periodismo que aprendía a hacer radio. Siempre tuve un cariño especial a Antón, ganador de una etapa en el Giro y de cuatro en la Vuelta, que tan cerca estuvo de ganar la Vuelta de 2010, donde la mala suerte se cruzó en su camino. Nadie le quitará, ni a él ni a los aficionados al ciclismo, la emoción de aquella victoria tan especial en Bilbao, cuando la Vuelta volvió al lugar que más intensamente celebra y acoge el ciclismo, aquel magnífico recuerdo ciclista. 

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