Lo mejor del ciclismo masculino en 2022

 

Cuando hace un par de años el mundo entero se detuvo por culpa de la pandemia pensamos mucho en la importancia de no dar nada por sentado, de valorar lo que tenemos, porque no sabemos cuánto puede durar o qué puede ocurrir que se lo lleve todo por delante. Ese año, la temporada ciclista se comprimió en unos pocos meses y disfrutamos como niños. Al despedir 2022, todavía con protocolos Covid en las carreras, pero ya con la pandemia en un punto de mucho mayor control, pienso en esa misma idea, en la importancia de no dar nada por supuesto, en este caso, referida a la enorme suerte que tenemos de gozar con esta generación de ciclistas jóvenes, ambiciosos y espectaculares que tanto se divierten encima de una bicicleta y que tanto nos hacen divertirnos a los aficionados. Porque no ocurre todos los días, ni mucho menos, esta asombrosa y formidable conjunción de talentos que han revolucionado el ciclismo y lo han llevado a una nueva dimensión. El bendito ciclismo moderno de los Pogacar, Evenepoel, Van Aert, Van der Poel y tantos otros. 2022 ha vuelto a ser una temporada excelsa gracias en gran medida a estos jóvenes insolentes que están escribiendo con su insultante juventud páginas gloriosas de la historia de este deporte
No sólo es importante y bueno para el espectáculo y la emoción del ciclismo que todos estos jóvenes hayan coincidido en el tiempo y se hagan mejores los unos a los otros con la enorme competencia que mantienen. Es que, además, no son infalibles, todos demuestran que son muy talentosos, pero humanos. Y eso es realmente clave. No son robots ni máquinas infalibles. A veces se equivocan, caen derrotados, y eso los hace aún más grandes y engrandece a su vez aún más este deporte. Por eso, que Pogacar cayera derrotado en el Tour, donde no se dio por vencido hasta el final, o que Van der Poel haya mostrado que es humano o que ni siquiera Van Aert, el ciclista que lo hace todo y todo lo hace bien, gane todo lo que se propone, son excelentes noticias que hablan del buen estado de salud del ciclismo. Son superhéroes, pero no imbatibles, todos tienen su kriptonita. 

Naturalmente, el nombre más destacado del año es el de Remco Evenepoel, a quien precisamente hubo quien dio poco menos que acabado el año pasado, cuando no pudo estar a la altura de lo que se esperaba de él en el Giro, en el que corrió tras ocho meses de parón por la terrible caída que sufrió en Il Lombardia la temporada anterior. El 2022 del joven ciclista belga ha sido descomunal por el nivel de las victorias conseguidas y por el modo arrollador en el que las ha logrado. Su palmarés esta temporada incluye quince victorias: una etapa de la Vuelta a la Comunidad Valenciana, la Volta ao Algarve más una etapa, la Lieja-Bastoña-Lieja, el Tour de Noruega más tres etapas, una etapa de la Vuelta a Suiza, el campeonato belga contrarreloj, la Clásica de San Sebastián (donde tuve la suerte de ver in situ su aplastante victoria), la Vuelta a España más dos etapas y, claro, el Mundial, con el que redondeó un año de ensueño. Se marchó en solitario a 26 kilómetros de meta y ya nadie lo vio hasta el final. Una victoria marca de la casa. Puro Evenepoel. El año que viene, constatado que sí es un hombre de grandes vueltas, correrá el Giro. 

Quizá el gran día de ciclismo de la temporada fue el de la emboscada del Jumbo-Visma a Tadej Pogacar en la etapa del Tour camino del Granon. Uno de los mejores días de ciclismo que uno recuerda haber visto en toda la historia. Para entonces, Pogacar parecía un líder intocable. Enfundado en su maillot amarillo, nadie parecía capaz de evitar el tercer triunfo del corredor esloveno en la ronda gala. Pero el Jumbo-Visma supo ejecutar una extraordinaria estrategia ofensiva. Primoz Roglic se sacrificó por el auténtico líder de su equipo, Jonas Vingegaard, y los dos se alternaron atacando una y otra vez al líder hasta que Pogacar reventó y Vingegaard se marchó en solitario camino de la victoria en la etapa, del maillot amarillo y de la victoria en el Tour. Pogacar intentó recuperar el trono en cada ocasión que se le presentó hasta París, pero Vingegaard se mostró intratable en una de las mejores ediciones del Tour de los últimos tiempos. 

Hubo quien criticó en ese Tour la actuación de Wout Van Aert por ir demasiado a su aire. Nada más lejos de la realidad. Buscó y encontró sus momentos de gloria, ya que ganó tres etapas y el maillot verde y dio mucho espectáculo con constantes escapadas, pero no por ello dejó de ser un enorme hombre de equipo. Es más, fue decisivo en el triunfo de Vingegaard. Además de su estelar papel en el Tour, el todoterreno corredor belga ganó este año la Omloop Het Nieuwsblad, una etapa de la París-Niza, la E3 Saxo Bank Classic, dos etapas del Dauphiné y la Bretagne Classic.

Pese a su segundo puesto en el Tour, el 2022 de Pogacar ha sido cualquier cosa menos un fracaso. Ganó el UAE Tour más dos etapas, la Strade Bianche, la Tirreno-Adriático más dos etapas, el Tour de Eslovenia más otras dos etapas, tres etapas en el Tour, el Gran Premio de Montreal, los Tres Valles Varesinos y el último monumento del año,  Il Lombardia.

Un año más, los monumentos nos han regalado un gran espectáculo. Precisamente Pogacar, que hace tiempo que dejó claro que no es sólo un hombre Tour, fue uno de los grandes protagonistas del Tour de Flandes, donde aun así se quedó fuera del podio. La victoria se la llevó Van der Poel, soberbio, que además de este triunfo sumó otros cuatro este año: una etapa de la Semana Coppi e Bartali, la A través de Flandes, una etapa del Giro de Italia (donde se vistió de rosa) y el Gran Premio de Valonia. En la París-Roubaix, cada año uno de los mejores días de ciclismo, sorprendió Dylan Van Baarle, que se llevó la victoria en solitario, mientras que la Milán-San Remo se la adjudicó un enorme Matej Mohoric.

Algo más decepcionante fue este año el Giro, que ganó Jay Hindley por delante de Richard Carapaz y de Mikel Landa. No decepcionaron la Itzulia, que ganó Ion Izagirre por delante de Vlasov y de Marc Soler, ni la Volta a Cataluña, que nos regaló uno de los días más intensos y emocionantes de la temporada. Ocurrió en la sexta etapa de la carrera, en la que Sergio Higuita y Ricard Carapaz atacaron juntos e incendiaron la carrera a falta de 120 kilómetros para el final. Fue un memorable día de ciclismo con mayúsculas. 

De un tiempo a esta parte se habla con mucho pesimismo del estado del ciclismo español. Sin embargo, el podio de Landa en el Giro y, sobre todo, el final de la temporada, con la Vuelta y las clásicas italianas, dejó un poso de optimismo y esperanza. En la Vuelta, Enric Mas yJuan Ayuso acompañaron a Evenepoel en el podio final. Ayuso, con sólo 19 años em aquel momento, consiguió terminar en el podio en su primera es de, algo que no está al alcance de cualquiera y habla bien de su enorme calidad y su gran ambición. Lo mismo cabe decir de Carlos Rodríguez, que también firmó una Vuelta colosal y que, a pesar de una caída sufrida en la parte final, logró concluir en la séptima posición. 

El colofón de la temporada para el ciclismo español fue muy dulce, con la victoria de Enric Mas ante Pogacar en el Giro dell'Emilia y con cuatro ciclistas españoles entre los seis primeros de Il Lombardia (el propio Mas, Mikel Landa, Carlos Rodríguez y Alejandro Valverde. Otro hito destacable de esta temporada ha sido el estreno de dos carreras nuevas en España: la Clásica Jaén Paraíso Interior, que ganó Alexey Lutsenko y que ofreció un gran espectáculo e imágenes bellísimas en los tramos de tierra, y O Gran Camiño, que ha recuperado para Galicia una carrera ciclista de primer nivel y donde se impuso Alejandro Valverde, a quien dedicaremos (¿a quién si no?) el último artículo del blog el año de su retirada definitiva del ciclismo. 

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