Balance de la Vuelta

 

Terminó la Vuelta y, con ella, la temporada ciclista más extraña de nuestras vidas, así que toca hacer balance. De momento, de la carrera, la última grande de la temporada, que este año ha sido otoñal por el reajuste del calendario forzado por el coronavirus. Como de costumbre, la Vuelta ha sido una carrera con emoción desde el primer día, cuando Primoz Roglic se impuso a sus rivales en el santuario de Arrate. Aquella etapa terminó segundo Richard Carapaz, también segundo en el podio final de Madrid. Entre medias, 18 días de ciclismo de altísimo nivel, con alternativas, ataques entre los favoritos, alguna que otra polémica (siempre tan necesarias, en el fondo) y etapas que fueron semiclásicas, con fugados de gran calidad. 


Roglic llegaba a la Vuelta dispuesto a curar las heridas del Tour, donde su compatriota Tadej Pogacar le arrebató el maillot amarillo en la penúltima etapa. En lugar de irse a Eslovenia a lamentarse de su desgracia, el exsaltador de esquí reaccionó como reaccionan los campeones: buscando nuevos retos. Empezó la carrera como vigente ganador de la prueba y máximo favorito a la victoria final. Se marcha de ella con cuatro triunfos de etapa, la victoria en la general y la clasificación de la regularidad. Fue líder hasta la sexta etapa, en Aramón Formigal, donde Carapaz se vistió de rojo, pero el esloveno volvió a recuperar el liderato en la jornada de Suances, que ganó. 

Volvió a cambiar de portador el maillot rojo en la etapa del Angliru, donde la victoria parcial fue para Hugh Carthy, una de las sensaciones de la carrera, tercero en el podio final, y donde Carapaz se puso líder de nuevo. Pero Roglic tenía a su favor la contrarreloj con final en el Mirador de Ézaro. Aunque empezó algo dubitativo y alguien llegó incluso a querer ver algún fantasma del drama de Roglic en la crono de La Planches des Belles Filles, la realidad es que aquel día el ciclista del Jumbo-Visma reguló mucho mejor los esfuerzos y consiguió una diferencia prácticamente definitiva.

En Ézaro quedó casi sentenciada la carrera, aunque Carapaz aún volvió a probarlo el penúltimo día, en la subida a La Covatilla, donde Roglic contó con la ayuda del Movistar, el antiguo equipo de Carapaz. Según el conjunto español, tiraron para intentar asaltar la cuarta plaza de Dan Martin, de la que en realidad estaba demasiado lejos Enric Mas. En cualquier caso, polémicas al margen, nadie duda de que Roglic es más que justo vencedor de la carrera, igual que todos tenemos claro que Carapaz ha sido un rival formidable, que ha engrandecido la Vuelta con este duelo portentoso entre ambos. 


Más allá de los tres componentes del podio final, la Vuelta ha tenido otros cuantos protagonistas. La belleza paisajística, por cierto, es uno de ellos. La anomalía de una Vuelta en otoño nos ha regalado estampas maravillosas que recordaremos siempre. En lo estrictamente deportivo, merece estar en lugar destacado Guillaume Martin, cuya actitud combativa ha sido admirable. Ha vivido en fuga. Ha estado más etapas escapado que en el pelotón. No pudo llevarse ningún triunfo de etapa, pero sí la clasificación de la montaña. El premio al corredor más combativo fue para otro francés, Rémi Cavagna, cuyas cabalgadas en varias etapas han añadido mucha emoción a la Vuelta. Atrás quedan los tiempos en los que se solía decir que los ciclistas franceses, los internacionales en general, venían a la Vuelta a pasearse, a cubrir el expediente y poco más. Esta Vuelta ha tenido marcado acento francés gracias, entre otros, a estos dos soberbios ciclistas y a David Gaudu, ganador de dos etapas, la de la Farrapona y la de la Covatilla

En cuanto al ciclismo español, son destacables sendos triunfos de etapa de Marc Soler, muy combativo en esta carrera, y de Ion Izagirre en Formigal. El Movistar salió desde el principio a por todas, pero Enric Mas sólo pudo ser quinto en la general. El equipo telefónico también logró la clasificación por equipos, al tiempo que Alejandro Valverde, incombustible, terminó décimo en la general. En cuanto a corredores españoles, también es digno de mención el séptimo puesto en la general de David de la Cruz. 

Esta edición de la Vuelta ha dejado pocas oportunidades a los velocistas. Pascal Ackerman ganó dos etapas, una de ellas, por descalificación de Sam Bennet. El irlandés del Deceuninkc-Quick Step se lleva un triunfo parcial, igual que Jasper Philippsen. Los otros triunfadores de etapa de esta Vuelta han sido Dan Martin, Tim Wellens (por partida doble), Michael Woods y Magnus Cort, vencedor de la etapa con final en Ciudad Rodrigo. Nombres propios de una Vuelta cuya mera celebración ha sido un éxito, por el que merecen gratitud y reconocimiento todos los actores de la familia ciclista y, por supuesto, también la organización. En mitad de una pandemia mundial, el ciclismo ha demostrado que si se toman las medidas de seguridad adecuadas la vida puede continuar, aunque sea de forma tan anómala y extraña, a la espera de tiempos mejores. 

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